El banco alemán Deutsche Bank pagará una multa de 258 millones de dólares (238 millones de euros) al Departamento de Servicios Financieros de Nueva York y a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) por realizar operaciones financieras entre 1999 y 2006 en representación de países y entidades sujetos a sanciones en Estados Unidos, como Sudán, Libia, Irán, Birmania (Myanmar) y Siria.
Asimismo, Deutsche Bank se ha comprometido a establecer un vigilante independiente para sus operaciones, aunque la gran mayoría de los empleados que participaron en esta conducta que llaman “ilegal” ya no trabajan en la entidad, y a despedir a seis trabajadores implicados y prohibir a otros tres trabajar en operaciones que impliquen a empresas estadounidenses.
En concreto, el banco germano pagará 200 millones de dólares (184 millones de euros) al Departamento de Servicios Financieros de Nueva York y 58 millones de dólares (53 millones de euros) a la Reserva Federal.
La Reserva Federal considera que la entidad no tenía los procedimientos y las políticas necesarios para garantizar que las actividades realizadas en sus oficinas fuera de Estados Unidos cumplían con la legislación estadounidense en materia de sanciones.
El acuerdo pone fin a la investigación puesta en marcha por el empleo de métodos y prácticas "no transparentes" desde al menos 1999 hasta 2006 para llevar a cabo más de 27.200 operaciones por valor de más de 10.860 millones de dólares (10.006 millones de euros) en nombre de entidades financieras u otras empresas de esos países.
Esta multa se ha impuesto a Deutsche Bank mientras que el banco alemán anunció el miércoles pasado que recortará 15.000 puestos de trabajo y abandonará sus actividades en diez países en el marco de una profunda reestructuración.
Su objetivo es recortar sus costes en 3800 millones de euros para el 2018, después de haber registrado pérdidas récord de 6024 millones de euros en el tercer trimestre del año.
Asimismo, este tipo de medidas hostiles de Washington se realiza pese a un acuerdo alcanzado entre Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) en julio pasado, lo cual establece la necesidad del levantamiento completo de los embargos antiraníes.
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