“Condenamos incursión israelí en la Mezquita de Al-Aqsa y los ataques contra los fieles en el mes del Ramadán”, puso de relieve el miércoles Rodríguez a través de la red social Twitter.
De acuerdo con el jefe de la Diplomacia cubana, tales acciones violan claramente “las normas internacionales” y laceran los sentimientos religiosos del pueblo palestino e intensifican la atmósfera de violencia.
Según la agencia oficial de noticias palestina Wafa, las fuerzas israelíes asaltaron el miércoles por la noche la sala de oración de Qibli en la Mezquita Al-Aqsa, donde al menos 20 000 fieles se encontraban realizando oraciones en el mes sagrado del Ramadán.
Más temprano, en la misma jornada, las fuerzas israelíes irrumpieron en el recinto sagrado y asaltaron brutalmente a los fieles palestinos con granadas de aturdimiento, gases lacrimógenos, porras y rifles. Más de 200 palestinos resultaron heridos y otros 400 fueron arrestados.
Condenamos incursión israelí en la Mezquita de Al Aqsa y los ataques contra los fieles en el mes del Ramadán, en franca violación de las normas internacionales. Acciones de esta naturaleza laceran el sentimiento religioso de los palestinos y exacerban el clima de violencia. pic.twitter.com/Spt1zR74JS
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) April 5, 2023
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) calificó el ataque a los fieles en Al-Aqsa de un crimen sin precedente y advirtió de que el régimen israelí enfrentará consecuencias, ya que el pueblo palestino no dejará sin una respuesta las agresiones en su contra.
Asimismo, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, condenó el asalto de la policía israelí y llamó a detener “la peligrosa escalada sobre el terreno en los territorios ocupados”.
Desde la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania en 1697, incluida la zona del este de Al-Quds, el régimen de Israel ha ido restringiendo más y más el derecho de los palestinos a rezar en la Mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, y por otro, proveen protección a los colonos que realizan rituales judíos en el sagrado recinto, pese a que según lo pactado no tienen derecho a hacerlo.
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