• Una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra (Suiza).
Publicada: martes, 27 de septiembre de 2022 9:57

Cuba denuncia que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se ha convertido en una plataforma para tramar cambio de sistemas gobernantes soberanos en otros países.

En su intervención el lunes en la 51.ª sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el embajador cubano en Ginebra (Suiza), Juan Antonio Quintanilla, cargó contra las potencias occidentales por intentar imponer sus intereses y posturas hegemónicas en ese ente internacional.

“Más de 15 años después del establecimiento de este Consejo, el sistemático accionar selectivo, politizado y punitivo de los países occidentales, continúa hundiendo en el descrédito y la inoperancia a este órgano. El Consejo se va pareciendo a un cementerio político de operaciones fracasadas de intentos de cambio de régimen”, censuró el diplomático cubano.

Advirtió sobre los intentos de algunos países de conducir al Consejo de Derechos Humanos hacia el mismo destino de la Comisión de Derechos Humanos, extinta desde el 2006 tras verse sumida en la manipulación y la selectividad.

 

Lamentó que las potencias hegemónicas hayan tomado como rehén al Consejo de Derechos Humanos para beneficiar sus propios intereses y utilizarlo una como una herramienta para la confrontación, la venganza geopolítica y la injerencia.

Quintanilla también fustigó al Consejo de Derechos Humanos por aplicar un doble rasero en materia de los derechos humanos, en base al cual algunas potencias ocultan de manera impune sus problemas, al tiempo que acusan a otros de violar supuestamente los derechos humanos.

Gracias a estándares dobles aplicados por el Consejo, criticó, no se denuncian las flagrantes y evidentes violaciones de derechos humanos de los poderosos, desde la violencia policial sistémica contra afrodescendientes hasta la proliferación de discursos de odio oficiales contra religiones, países del Sur, migrantes y solicitantes de asilo.

Censuró el mutismo del Consejo de Derechos Humanos ante el uso de medidas coercitivas unilaterales y las políticas agresivas contra Estados soberanos y gobiernos legítimos, al tiempo que exigió que se ponga fin a “la politización, los dobles raseros y la selectividad en el tratamiento de los derechos humanos”.

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