El proyecto de resolución presentado por EE.UU. ha sido aprobado con 15 votos a favor y ninguno en contra, ha anunciado el embajador de Japón ante las Naciones Unidas, Koro Bessho.
Por su parte, la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, tras anunciar su voto ha dicho que la iniciativa “envía el claro mensaje a Pyongyang de que un desafío más provocará más castigos y aislamiento”.
El texto ordena la repatriación de los norcoreanos que, trabajando en el extranjero, aporten divisas al Gobierno del país asiático.
La resolución prohíbe además a Pyongyang casi un 90 % de sus exportaciones de productos de petróleo refinados, limitándolas a 500.000 barriles al año. Igualmente, limita los suministros de crudo a Corea del Norte a 4 millones de barriles al año y proscribe exportaciones norcoreanas como maquinarias, madera y otros productos y recursos.
Esta (resolución) envía el claro mensaje a Pyongyang de que un desafío más provocará más castigos y aislamiento”, dice la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley.
Antes de la reunión, Bessho, que preside el CSNU en diciembre, ha declarado que su país apoyaba “totalmente” el proyecto de resolución y ha mostrado su esperanza de recibir el apoyo unánime de los 15 miembros del Consejo, lo que finalmente ha sucedido.
EE.UU presentó esta resolución después de que Pyongyang probara el pasado 28 de noviembre un misil balístico intercontinental Hwasong-15 que cayó cerca del territorio japonés.
Hasta el momento, el Consejo de Seguridad ha impuesto ocho rondas de sanciones al país asiático: las últimas, impulsadas por EE.UU., se adoptaron el 5 de agosto y el 11 de septiembre, después de que Pyongyang llevara a cabo ensayos nucleares y balísticos y anunciara que el territorio continental estadounidense ya estaba al alcance de sus misiles.
Corea del Norte rechaza enérgicamente los embargos, insistiendo en que su programa de misiles y nuclear es defensivo, pues Estados Unidos y sus aliados regionales no dejan de realizar ejercicios militares en la península y son una amenaza para su existencia.
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