Según informó el jueves la revista norteamericana Foreign Policy, citando a una fuente militar de EE.UU., después de una prueba de misiles norcoreana (a mediados de septiembre), un buque de guerra estadounidense que patrullaba el mar de Japón recibió al menos una vez una orden de advertencia (WARNO, en inglés), para estar preparado a lanzar misiles Tomahawk contra blancos norcoreanos.
“No es extraño hacer eso (…) Pero yo creo que es una señal bastante significativa de que la posibilidad de usar Tomahawks está aumentando”, ha dicho un ex alto funcionario de Defensa de EE.UU., bajo condición de anonimato.
No obstante, ha descartado que tal orden signifique una acción militar inminente de EE.UU. y solo se ha producido a fin de que los comandantes tomen precauciones para mantenerse vigilantes, si surgía un conflicto.
No es extraño hacer eso (…) Pero yo creo que es una señal bastante significativa de que la posibilidad de usar Tomahawks está aumentando”, ha dicho un ex alto funcionario de Defensa de EE.UU., bajo condición de anonimato
Esto coincide con la reciente entrada en el puerto surcoreano de Busan de un submarino estadounidense USS Michigan, equipado con 150 misiles Tomahawk, en el marco del despliegue de la misión naval estadounidense en la parte oeste del océano Pacífico.
Se prevé que el USS Michigan tome parte en los ejercicios navales conjuntos entre EE.UU. y Corea del Sur, en los que también estará el portaaviones norteamericano USS Ronald Reagan.
Los funcionarios norcoreanos, sin embargo, han asegurado que con tales medidas, Estados Unidos y sus aliados están preparándose para un “ataque preventivo" contra Corea del Norte.
Pyongyang insiste en que su escalada militar es una respuesta a las amenazas militares de Washington y ha advertido que esto podría llevar a cabo un ataque ‘inimaginable’ contra Estados Unidos.
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