Desde el 16 al 26 de este mes, las Armadas de EE.UU. y Corea del Sur desarrollarán sus ejercicios en el mar Amarillo y el mar de Japón (mar del Este), los cuales contarán, por diversos equipos y embarcaciones de guerra de ambas partes.
Así, la parte estadounidense participa con el portaaviones USS Ronald Reagan y dos destructores de la clase Arleigh Burke y, la surcoreana, con un buque destructor Aegis, helicópteros navales y cazas F-15k, FA-18 y A-10.
Estas maniobras militares tienen como objetivo verificar el nivel de “las comunicaciones, la interoperabilidad y la asociación” entre las fuerzas de ambos países aliados, según explicó el viernes la 7ª Flota de Estados Unidos mediante un comunicado.
La tensión entre Corea del Norte y EE.UU. se incrementa a niveles sin precedentes. Tal como se ha mencionado, los aliados Washington-Seúl permanecen especialmente alerta ante la posibilidad de que Pyongyang lance un misil estos días después de que la pasada semana satélites detectaran sospechosos despliegues y repliegues de varias plataformas móviles (TEL) en suelo norcoreano.
La Casa Blanca asegura que ya tiene preparadas “opciones militares” contra Pyongyang en caso de que realice una nueva prueba nuclear o balística. Las autoridades norcoreanas sustentan sus lanzamientos en su “derecho a la autodefensa” ante la abierta “hostilidad” de EE.UU.
Según las evaluaciones de Seúl, no se descarta la posibilidad de que Corea del Norte esté preparándose para lanzar misiles capaces de alcanzar el territorio estadounidense mediante el uso de Misil Balístico Intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), como el Hwasong-14 que puede llegar a Alaska, u otros misiles de alcance intermedio, entre ellos el Hwasong-12, capaz de alcanzar la isla de Guam, en el océano Pacífico.
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