Lee Jong-kul, un alto miembro de la Asamblea Nacional, una figura muy cercana al presidente surcoreano, Moon Jae-in, dijo que “el elemento disuasorio más efectivo para las armas nucleares es un arma nuclear”.
En su intervención en el Foro Internacional sobre la Construcción de una Alianza para una Corea, celebrada en Washington, capital estadounidense, el legislador surcoreano subrayó que su país necesita “una estrategia gradual para el armamento nuclear”, según recogió el jueves la agencia de noticias estadounidense UPI.
Precisó que Seúl tendría que optar entre el despliegue de armas nucleares estratégicas de EE.UU. en su territorio, y el desarrollo de sus propios armamentos atómicos.
"En la fase final, debemos desarrollar nuestras propias armas nucleares”, concluyó Lee.
A su vez, Hyun-ik Hong, investigador principal del Instituto Sejong, un importante think tank surcoreano, urgió en la misma conferencia la necesidad de la reubicación de las armas nucleares estratégicas de EE.UU. en Corea del Sur.
No obstante, ambos oradores dejaron claro que el primer paso de la Administración de Moon será proponer un nuevo diálogo de paz intercoreano, lo cual podría conducir a la desnuclearización de la península coreana.
En la fase final, debemos desarrollar nuestras propias armas nucleares”, dijo Lee Jong-kul, un alto miembro de la Asamblea Nacional surcoreana.
El pasado 17 de julio, Seúl propuso a Pyongyang llevar a cabo conversaciones de representantes militares de ambas partes para rebajar la tensión en la península. Aunque Pyongyang todavía no ha dado una respuesta directa al planteamiento, los medios de comunicación norcoreanos han considerado absurda tal propuesta mientras el país siga siendo objeto de la “política hostil” surcoreana.
La reubicación de las armas nucleares tácticas estadounidenses en Corea del Sur —Washington retiró sus activos nucleares estratégicos de Corea en 1991—fue una de varias opciones ofrecidas a la Administración de Donald Trump por su Consejo de Seguridad Nacional en abril. La Casa Blanca no ha descartado, incluso recurrir a las armas nucleares para defender a Japón y Corea del Sur de una eventual amenaza norcoreana.
Corea del Norte reivindica con insistencia que el desarrollo de armas nucleares blinda su estrategia de defensa ante la postura hostil de Washington y los movimientos belicistas estadounidenses. Pyongyang ha prometido pulverizar cualquier activo estratégico de EE.UU., si ve la más mínima agresión por parte de Washington.
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