El hecho tuvo lugar el martes cuando el buque USS Lake Champlain, una nave de guerra de clase Ticonderoga de 568 pies, chocó con la embarcación de 60 a 70 pies de largo en la que viajaban seis personas, según la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El buque estadounidense, que forma parte del grupo de ataque del USS Carl Vinson, estaba realizando una misión de entrenamiento en las aguas internacionales cerca de la península coreana, confirmó la Marina norteamericana.
No se reportaron lesiones y se están realizando evaluaciones de daños en ambos barcos, según un comunicado de prensa de la Marina.
Aunque los oficiales de la Marina intentaron minimizar la colisión, considerando “comunes” los incidentes de este tipo, varios exmarineros tacharon de “inusual” lo ocurrido, y aseguraron que representa una vergüenza profesional significativa, según la televisión estadounidense CNN.
Bryan McGrath, un veterano de la Marina y fundador de The FerryBridge Group, una agencia de consultoría especializada en la industria naval, dijo: “Esto es inaceptable”. “Vi a bastantes de mis amigos tener problemas como este y ser removido del mando”, agregó.
El accidente del martes plantea preguntas sobre cómo un buque extranjero pudo acercarse tanto a un buque de guerra de la Armada estadounidense que opera en una región lejana muy cerca de las aguas de Corea del Norte, país que constituye la amenaza principal para EE.UU. en la región, según las autoridades estadounidenses.
Esto (colisión de una nave de guerra de EE.UU. con un barco pesquero surcoreano) es inaceptable. Vi a bastantes de mis amigos tener problemas como este y ser removido del mando”, dijo Bryan McGrath, un veterano de la Marina estadounidense
La región del sudeste asiático vive un clima de alta tensión por el conflicto norcoreano que podría estallar en un enfrentamiento militar. Estados Unidos exacerbó esta situación enviando el grupo de ataque del portaaviones USS Carl Vinson cerca del territorio norcoreano ante los temores de que Pyongyang realice su sexta prueba nuclear.
Todo ello se ha convertido en un punto de partida para diarias amenazas mutuas con una guerra total y respuestas contundentes. Corea del Norte ha jurado “llegar hasta el final” en una eventual confrontación con el país norteamericano.
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