Este viernes, el presidente de Colombia, Iván Duque, inició reuniones con diversos políticos y organizaciones civiles para buscar una solución al estallido social.
La Coalición de la Esperanza, constituido de políticos opositores al presidente Duque, destacándose entre ellos figuras como el exnegociador de los diálogos de la paz Humberto de la Calle y el exalcalde de Medellín y excandidato presidencial Sergio Fajardo, quienes pidieron a Duque que efectúe un dialogo genuino, concreto y eficaz con el Comité Nacional de Paro.
Duque en su cuenta de Twitter dijo que acogió esta reunión tachándola de fructífera. Sin embargo las indignaciones no terminan. Los indígenas derrumbaron una estatua del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada en la capital, Bogotá, protestando así por la brecha social y las políticas discriminatorias.
Además en España y Venezuela, los residentes colombianos así como los ciudadanos de estos países, realizaron protestas frente a edificios diplomáticos colombianos rechazando la violencia y las brutalidades durante las protestas.
Desde Washington, la capital de EE.UU., y en concreto desde la Organización de Estados Americanos (OEA), también hubo reacciones en rechazo a la tortura y asesinatos por las fuerzas del orden durante las manifestaciones.
Hecho que Bogotá rechaza diciendo que solo ha habido tres muertos y que todo fue culpa de manifestantes vandálicos. Con este enfoque hay que esperar para ver cómo será la salida de la reunión del lunes con los organizadores de las protestas en la Casa de Nariño.
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