De acuerdo con la cadena china de televisión CCTV, las redes de control costarán unos 290 millones de dólares y “servirán como un sistema operativo para proporcionar datos de observación de larga duración y apoyar los experimentos bajo investigación sobre los ambientes marítimos de los mares de la China Oriental y Meridional”.
China está involucrada en disputas territoriales en ambos mares. Pekín reclama casi todo el mar de la China Meridional –partes de las cuales también son reclamadas por otros cinco países– y continúa construyendo y militarizando muchas islas artificiales.
En el mar de la China Oriental, las islas en disputa han deteriorado las relaciones entre Pekín y Tokio a lo largo de décadas, provocando muchas guerras retóricas.
Aunque no hay ninguna indicación de que el sistema de observación submarina sea nada más que una investigación científica, Carl Thayer, un analista de seguridad regional, ha afirmado que la iniciativa es una “afirmación unilateral de la reclamación de su soberanía indiscutible sobre el mar de la China Meridional”.
La CCTV también ha hecho hincapié en que el plan es más que un programa científico.
Desde el punto de vista de China, el país necesita información precisa no solo sobre el despliegue y las patrullas de los submarinos regionales, sino también sobre los submarinos nucleares de EE.UU.”, dice Carl Thayer, un analista de seguridad regional.
En sus declaraciones a CCTV, Jian Zhimin, un científico marino de la Universidad de Tongji de Shanghái, ha precisado que el sistema consolidará la posición de China como una “potencia oceánica”.
En febrero de 2016, el Consejo de Estado de China emitió un proyecto de ley para revisar la ley de Seguridad de Tránsito Marítimo. En el caso de aprobarse, el país asiático trataría de impedir que los buques extranjeros pasen a través de aguas territoriales chinas.
“Desde el punto de vista de China, el país necesita información precisa no solo sobre el despliegue y las patrullas de los submarinos regionales, sino también sobre los submarinos nucleares de EE.UU.”, ha reiterado Thayer.
Las relaciones entre Pekín y Washington se han tensado en los últimos años, principalmente después de que EE.UU. intensificara sus ejercicios militares con sus aliados asiáticos, así como su vigilancia aérea y patrullajes navales en el mar de la China Meridional, con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia de China en la región.
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