La situación en Haití, aquejado por la violencia de bandas, es catastrófica, con secuestros y tiroteos diarios a manos de las pandillas, lo que ha agravado los niveles de corrupción, la impunidad y el desgobierno. Es la nueva advertencia de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
El alto comisionado consideró como impactante el creciente volumen de armamento, en su mayoría hecho en EE.UU., que sigue llegando a Haití, lo que refuerza a las bandas criminales y erosiona el Estado de derecho, haciendo que la población se vea “gravemente privada” de sus derechos.
La ONU determinó que la violencia de las pandillas causó la muerte de 4451 personas y otras 1668 heridas el año pasado. Mientras en lo que va del año, más de 1500 personas han muerto, un número que es fiel reflejo de la pesadilla que viven los haitianos.
La situación en Haití se agudizó a finales de febrero, cuando los grupos del crimen organizado lanzaron un ataque coordinado en la captial, Puerto Príncipe, forzando la dimisión del primer ministro, Ariel Henry, quien dirigía el país tras el asesinato del expresidente, Jovenel Moise, en 2021. La población ahora está a la espera de la conformación de un Consejo Presidencial que pueda hacer frente a la situación, mientras se anuncian elecciones.
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