A pesar de la ruptura diplomática entre los dos países y la agresión en curso de Arabia Saudí a Yemen, un informe difundido el martes por Global Affairs Canada, el departamento del Gobierno de Canadá, que gestiona las relaciones diplomáticas y consulares, revela que el país exportó más de 1700 millones de dólares canadienses (1340 millones de dólares estadounidenses) en armamento al reino árabe en 2021, es decir 1300 millones de dólares canadienses más que el año anterior.
Las exportaciones convirtieron a Arabia Saudí en el segundo destino más grande de armas canadienses después de Estados Unidos, categoría que ha mantenido durante los últimos diez años.
Según el aludido reporte, las exportaciones de armas al reino continuaron incluso después de haber estallado una disputa entre los dos países en 2018, cuando Riad rompió todo lazo diplomático y comercial con Ottawa luego de haber criticado la violación de los derechos humanos en el reino.
Sin embargo, un año después, Canadá vendió “una cantidad récord de equipo militar” a Arabia Saudí, por un valor aproximado de 2200 millones de dólares.
Ese año, Ottawa justificó que “no había riesgo sustancial” de que sus ventas de equipo militar a Riad pudieran “utilizarse para cometer o facilitar violaciones del derecho internacional de los derechos humanos, el derecho internacional humanitario o la violencia de género”.
Las ventas, sin embargo, se produjeron en el punto álgido de la guerra liderada por Arabia Saudí contra Yemen, que ha matado a cientos de miles de yemeníes y ha convertido el país en el sitio de lo que Naciones Unidas ha llamado la peor crisis humanitaria del mundo.
Dos informes consecutivos en 2020 y 2021 de un grupo de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) nombraron a Canadá como uno de los países que impulsa la guerra en Yemen a través de sus continuas ventas de armas a Arabia Saudí.
Los agresores saudíes y sus aliados importan la mayoría de estas municiones prohibidas de países occidentales, como Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Francia y España, que, a pesar de ofrecer elocuentes discursos sobre los derechos humanos, ayudan a Riad en la matanza del pueblo yemení, lo que demuestra la falsedad de sus afirmaciones.
tmv/ctl/mkh