El procurador general de Brasil, Rodrigo Janot, imputó el martes a los expresidentes brasileños Luis Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff junto a varios dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), acusándolos de cometer crímenes de corrupción, blanqueo de dinero y formación de un cártel en relación con la petrolera estatal Petrobras.
"Los crímenes habrían sido practicados por lo menos desde mediados de 2002 hasta el 12 de mayo de 2016", cuando Rousseff fue separada del cargo en el marco de un juicio de impeachment, según informó el diario local O Globo, citando un comunicado de la Fiscalía.
Janot, asimismo, sostuvo que los ocho miembros del PT recibieron 1485 millones de reales (alrededor de 400 millones de euros) en pagos ilegales, mientras acusó a Lula da Silva de “ideólogo” de la señalada "asociación ilícita".
La exmandataria Rousseff, añadió el procurador brasileño, habría entrado a formar parte de la supuesta organización criminal en 2003, cuando accedió al puesto de ministra de Minas y Energía. "Desde allí contribuyó decisivamente para que los intereses negociados en forma de pagos pudieran ser cumplidos, especialmente en el ámbito de Petrobras, de la que fue presidenta del consejo de administración entre 2003 y 2010", señaló.
Los crímenes (de corrupción) habrían sido practicados por lo menos desde mediados de 2002 hasta el 12 de mayo de 2016", afirma el procurador general de Brasil, Rodrigo Janot.
Pese a que Lula da Silva está imputado en cinco causas diversas, tres de ellas por su presunta participación en la trama de la Operación Lava Jato, sigue siendo uno de los políticos más populares de Brasil, hasta el punto de que es considerado uno de los favoritos para las elecciones presidenciales de 2018, de acuerdo a los últimos sondeos.
El "golpe de Estado" contra la expresidenta comenzó a gestarse en 2015 por supuestamente "haber maquillado" cuentas públicas a través de las llamadas "pedaladas fiscales", lo que terminó con su destitución el 31 de agosto de 2016.
Tras la destitución de Rousseff, Michel Temer asumió el cargo, no obstante, trascurridos poco más de un año desde que iniciara su mandato, este ha recibido críticas por sus medidas económicas, polémicas decisiones y vinculación en diferentes casos de corrupción como la implicación de los ministros de Planificación, Transparencia y Turismo en el escándalo de corrupción en Petrobras, entre otros.
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