El diario Datafolha ha informado este sábado que Temer sumó 93 por ciento de desaprobación en un sondeo efectuado entre el 21 y el 23 del corriente mes a una muestra de 2771 personas, con un margen de error del 2 por ciento.
Además del escaso 7 % de popularidad de Temer —la peor valoración de un mandatario en los últimos 28 años— un 65 % de los brasileños quiere que el mandatario abandone el poder ante la crisis política que lo acecha por acusaciones de corrupción, según la encuesta.
Sobre la permanencia o no de Temer en el cargo, Datafolha señala que el 76 % de la población quiere que lo deje, un 20 % se opone y un 4 % no supo responder. Si Temer no renunciara, un porcentaje aún mayor de 81 % pide que se le abra un proceso de impeachment, como el aplicado a su antecesora Dilma Rousseff y que le abrió las puertas del Palacio de Planalto.
Por otro lado, el diario indica que “la popularidad del mandatario conservador, que prometió sacar a Brasil de la peor recesión de su historia a través de una serie de reformas promercado, mejora entre la población más rica, donde tiene una aprobación del 15 por ciento”.
Temer, en otra encuesta de este periódico, tenía un 9 % de aprobación antes de que el 17 de mayo saliera a la luz una grabación en la que parece dar su consentimiento al pago de un soborno en el marco de trama de corrupción en Petrobras y que motivó al Supremo Tribunal Federal (STF) para que le abriera una investigación por corrupción, obstrucción a la justicia y organización criminal.
Otro sondeo de opinión, divulgado el miércoles por el sitio Poder360, es más duro con el jefe de Estado que reduce su imagen positiva al récord de 2 % e indica que cuatro de cada cinco brasileños (79 %) está a favor de la renuncia del presidente o de su destitución y, en todo caso, el 87 % de los pesquisados quiere elecciones presidenciales directas.
La encuesta DataPoder360 fue realizada entre el 17 y 19 de junio entre 2096 brasileños electores en 217 municipios, con un margen de error de tres puntos porcentuales más o menos.
Temer alega ser víctima de un complot y se ha negado tajantemente a dejar el cargo, pero si las investigaciones en su contra proceden, debe apartarse de la Presidencia y, conforme a la Constitución, el Congreso debe elegir en un plazo de 30 días a la persona que debería sustituirlo para completar su mandato hasta finales de 2018.
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