"Yo no tuve odio de torturadores, por qué le voy a tener odio al traidor en este proceso?”, ha dicho Rousseff en una entrevista radiofónica en alusión al juicio político que culminó en agosto con la votación del Senado a favor de su destitución.
A juicio de la exmandataria, la “injusticia” es consecuencia de la traición, por tanto, afirma que no se puede odiar a las personas, porque “el odio hace que seas capturado por el objeto que odias”.
Yo no tuve odio de los torturadores, por qué le voy a tener odio al traidor en este proceso?” dice la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff.
La ex jefa de Estado ha considerado que el proceso “ilegítimo” de impeachment en su contra fue llevado a cabo por individuos que no querían que “lleguen hasta ellos” las investigaciones del caso Petrobras.
Una de estas personas es el actual presidente Temer quien está bajo investigación por orden de un magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil para determinar si está implicado en la trama de corrupción de Petrobras.
Rousseff también considera que fue sometida al juicio político para facilitar al Congreso la aprobación de “la reforma de las pensiones, que es contra los intereses de los trabajadores”.
Pese a las acusaciones que lanzó la oposición brasileña a Rousseff de “maniobras irregulares para maquillar” los resultados del Gobierno en 2014 y 2015, técnicos del Senado del país suramericano prepararon en junio un informe que exculpaba a la política de haber cometido irregularidades fiscales.
Con todo esto y teniendo en cuenta las manifestaciones a favor de Rousseff, no sorprende que la gestión de Temer no cuente con el beneplácito del pueblo brasileño. A principios del mes en curso un sondeo señaló que el Gobierno centroderechista de Temer recibía un escaso apoyo del 14 % entre los ciudadanos.
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