El mandatario brasileño, que se estrenaba en la tribuna de la ONU, ha abordado temas internacionales como las cuestiones palestina y siria, y dejado para el final las referencias al impeachment de Rousseff, apartada del cargo a principios de mes.
“Este ejemplo que hemos dado al mundo demuestra que no puede haber democracia sin Estado de derecho, es decir, que las normas se aplican a todos, incluso a los más poderosos. Esto es lo que está demostrando Brasil al mundo”, ha dicho este martes el presidente de Brasil, el primero de los 135 jefes de Estado y de Gobierno en hablar en el debate anual de la 71 Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
Este ejemplo que hemos dado al mundo demuestra que no puede haber democracia sin Estado de derecho, es decir, que las normas se aplican a todos, incluso a los más poderosos. Esto es lo que está demostrando Brasil al mundo”, ha dicho este martes el presidente de Brasil, Michel Temer, en la 71 Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
Temer —acusado de traidor y golpista, pues era el vicepresidente de Rousseff— ha destacado el “compromiso inquebrantable” de Brasil con la democracia y ha asegurado que el “largo y complejo” proceso de destitución tuvo lugar en “absoluto respeto” al orden constitucional e impulsado por una justicia independiente.
El día anterior, una treintena de manifestantes esperaron al gobernante brasileño frente al hotel donde se iba a hospedar en sus tres días de visita en Nueva York con pancartas que decían: “Fuera Temer” y “Golpe de Estado en Brasil”.
Los inconformes, que hacían sonar pitos y coreaban consignas, forman parte del grupo que se autodenomina "Defensa de la Democracia en Brasil". Prometieron también realizar otros actos similares durante la estancia del mandatario en Nueva York.
La polémica no deja libre a Temer, que fue criticado por el "error" cometido en el primer discurso que pronunció el lunes en la Reunión de Alto Nivel relativa a los Grandes Movimientos de Refugiados y Migrantes, que se celebró en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El flamante presidente de Brasil multiplicó por 10 el número de refugiados recibidos en su país y estallaron las críticas. Según medios locales como O Globo y agencias internacionales, Temer enfatizó que su país recibió "95 mil refugiados", cuando la cifra real es de "8863 personas", según el Comité Nacional para los Refugiados dependiente del Ministerio de Justicia brasileño.
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