• El presidente interino de Brasil, Michel Temer.
Publicada: domingo, 12 de junio de 2016 21:16

El presidente interino de Brasil, Michel Temer, considera que el mes que cumple este domingo al frente del Gobierno en sustitución de Dilma Rousseff, suspendida por un proceso de juicio político, “ha sido una guerra”.

"Es una guerra, ha sido una guerra", ha reconocido el mandatario interino en una entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo, al evaluar sus primeros 30 días en el Palacio Platanao.

Es una guerra, ha sido una guerra", ha dicho el presidente interino de Brasil, Michel Temer, sobre su primer mes al frente del Gobierno.

Sin embargo, Temer matiza: "a pesar de todas las turbulencias, críticas y presiones, ha sido un mes de éxito", y resalta el restablecimiento de la articulación política en el Congreso, la cual, a su juicio, "Dilma no conseguía", así como el amplio respaldo a varios proyectos.

"Estamos retomando la confianza en el país. No es poca cosa para un comienzo de Gobierno", comenta el exvipresidente de Rousseff, quien está apartada del cargo por un periodo de 180 días, acusada de manipular las cuentas públicas..

Temer entró con el pie izquierdo al Palacio do Planalto, al ser objeto de críticas por haber montado un gabinete conservador y sin mujeres, del cual ya han caído dos ministros, acusados de querer frenar las investigaciones del caso Petrobras. 

Además, gobierna en medio de protestas contra su política conservadora y con solo el 28 % de apoyo en las encuestas, lo cual se evidencia en la imposibilidad de comparecer en actos públicos.

 

Sobre la posible vuelta de Rousseff a la Presidencia, el presidente interino se ha manifestado confiado que los más de 300 votos de apoyo en el Congreso respaldan su mandato. "Nuestras victorias en el Congreso muestran que no hay espacio para que Dilma regrese", ahonda.

El Senado debe decidir en las próximas semanas si destituye o no a Rousseff, quien ha tachado a Temer de "golpista" y "traidor". Si es destituida, Temer concluiría el mandato, que vence el 1 de enero de 2019, pero si no lo es, Dilma volvería a ocupar la Presidencia.

De acuerdo con una encuesta, el 50,3 % de los brasileños quiere elecciones anticipadas como las propuestas recientemente por Rousseff, quien, a diferencia de Temer, ha participado en varios actos en los que ha recibido un baño de apoyo popular. 

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