En el marco de una reunión con sus ministros y un nutrido grupo de congresistas, Temer ha presentado en el Congreso el plan de medidas económicas que aplicará su Gobierno para “salvar a Brasil”, una misión que, según él, le fue encomendada por Dios.
“Dios me impuso una misión que es salvar al país de la crisis”, ha afirmado Temer al tiempo que ha pedido urgentemente realizar una “pacificación nacional”, ya que no se puede avanzar con una guerra entre los brasileños ha dicho, además de que “ninguna medida será tomada sin un acuerdo con la sociedad”.
Dios me impuso una misión que es salvar al país de la crisis”, afirmó el presidente interino de Brasil, Michel Temer.
El presidente interino ha incidido en que el proceso que ha llevado a la suspensión de la expresidenta Dilma Rousseff de sus funciones para ser sometida a un juicio político que puede acabar con su destitución, se realiza dentro de las normas democráticas y no puede ser interpretado como un golpe.
"Quiero refutar a quienes todo el tiempo dicen que en Brasil hubo una ruptura constitucional, porque eso no es cierto, porque yo soy producto de la Constitución", ha declarado.
Entre las primeras medidas que ha propuesto el presidente interino brasileño está limitar el crecimiento del gasto público al equivalente a la inflación del año anterior; además ha anunciado otras seis medidas, algunas de las cuales exigen aprobación parlamentaria, todas ellas destinadas a sanear las cuentas públicas y recuperar la confianza de los inversores.
Para lograrlo, ha anunciado que enviará la próxima semana al Congreso una enmienda constitucional para limitar de forma permanente el crecimiento del gasto público.
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