"El Departamento de Estado (de EE.UU.) analizó seriamente la posibilidad de un golpe de Estado (en Bolivia), o el asesinato del presidente boliviano, Evo Morales (en 2008)", informaron Alexander Main y Dan Beeton, autores de uno de los capítulos del citado libro y miembros del Centro para la Investigación Económica y Política, con sede en Washington D.C. (capital de EE.UU.), en un artículo publicado en la revista estadounidense Jacobin.
El Departamento de Estado (de EE.UU.) analizó seriamente la posibilidad de un golpe de Estado (en Bolivia), o el asesinato del presidente boliviano Evo Morales (en 2008)", informaron Alexander Main y Dan Beeton, del Centro para la Investigación Económica y Política, con sede en Washington D.C.
De acuerdo con el texto, Estados Unidos también injiere políticamente en países latinoamericanos con el propósito de desestabilizar a los gobiernos progresistas y de izquierda.
La Administración de Morales, durante agosto y septiembre de 2008, mantenía conflictos con los líderes opositores de algunas regiones que no estaban de acuerdo con las reformas del Gobierno y llamaron a establecer departamentos autónomos en el país andino.
Según el libro, titulado “Los Archivos de Wikileaks: El Mundo según el Imperio de los Estados Unidos”, durante este periodo, el país norteamericano hablaba con los mencionados líderes opositores bolivianos sobre utilizar la “violencia como una probabilidad para forzar al Gobierno (…) a tomar en serio cualquier diálogo”.
Asimismo, analiza decenas de miles de cables filtrados por el sitio Web que revelan el intervencionismo de Washington en la región latinoamericana, a través del cual brindaba un apoyo estratégico a los partidos opositores de la derecha.
"Los cables dibujan además una vívida imagen de la mentalidad de Guerra Fría de algunos embajadores estadounidenses y los muestran usando medidas coercitivas" contra los dignatarios progresistas de América Latina, afirmaron los autores.
En este sentido, el fundador de la página Web de filtraciones Wikileaks, Julian Assange, informó, el pasado mes de septiembre, que la Inteligencia de EE.UU. había retomado sus masivos programas de espionaje a las comunicaciones de los países latinoamericanos.
En julio, Assange también anunció que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. intercepta casi todas las comunicaciones de todo el continente latinoamericano.
Además, la asambleísta ecuatoriana María Augusta Calle, en declaraciones concedidas el pasado 3 de julio a la Radio del Sur, denunció que Estados Unidos ha destinado 2 mil millones de dólares a la desestabilización de países de América Latina.
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