El Ministerio boliviano de Asuntos Exteriores, en un comunicado emitido el miércoles, tildó el informe estadounidense de unilateral y “un acto de injerencia e intromisión en la política interna”.
“El informe es un intento de afectar la credibilidad del país, distorsionando la realidad boliviana y omitiendo mencionar los avances significativos en materia de derechos humanos en favor de la niñez, adolescencia y adultos mayores que ha realizado el Gobierno. Además de obviar el impacto de los programas implementados para fortalecer la protección de los derechos humanos”, refuta la Cancillería boliviana.
Observa además que el documento estadounidense presenta un “uso predominante de fuentes imprecisas, o la ausencia de ellas, compromete la veracidad del contenido y omite considerar una gama más amplia de visiones dentro del espectro social y político del país”.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, presentó el lunes el informe sobre Derechos Humanos en 2023, según Washington, el cual refiere “que en Bolivia no hubo cambios importantes en ese periodo”.
Bolivia reitera en su nota que su compromiso inquebrantable con la promoción y protección de los DD.HH. para todos los bolivianos está basado en principios de soberanía, no injerencia y respeto mutuo entre los Estados.
El informe de Estados Unidos incluye a países que no se alinean con la política de Washington, entre ellos Cuba. De hecho, La Habana rechazó el martes el documento y destacó que al país norteamericano no le preocupan los derechos humanos, sino “dominación y saqueo”.
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