Evo Morales ha asegurado que los protagonistas del conflicto minero que se saldó con el asesinato del viceministro del Interior, Rodolfo Illanes, tenían planeado resistir muchos días atrincherados en los lugares donde bloqueaban las carreteras y “tumbar al Gobierno”.
"Otra vez, el Gobierno nacional ha derrotado un golpe de Estado. De eso estoy convencido", ha declarado el sábado Morales a los medios en la ciudad de Cochabamba (centro) en alusión al desenlace del conflicto con el sector cooperativista minero que exigía la atención de un pliego de reclamos.
Otra vez, el Gobierno nacional ha derrotado un golpe de Estado. De eso estoy convencido", dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales a los medios en la ciudad de Cochabamba.
De acuerdo con Morales, la movilización de los cooperativistas mineros fue una conspiración política respaldada por la derecha para derrocar el Gobierno ya que, al confiscar las oficinas de las cooperativas mineras, se encontraron pruebas, entre ellas la firma de contratos con el sector privado nacional e internacional.
A este respecto, el ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, en una conferencia de prensa en La Paz, también ha mencionado la hipótesis de la conspiración difundida por Morales y ha afirmado que "en las comunicaciones entre los cooperativistas se hablaba de derrocamiento del Gobierno".
Según Romero, los mineros planificaron durante muchos meses sus protestas con una "estrategia militar", lo cual se deduce por el hallazgo en una serranía de varios depósitos de explosivos. "Había una arsenal impresionante de dinamita, explosivos, de sustancias dirigidas a generar bajas y muertes (...) Este era un movimiento altamente conspirativo, un movimiento político y un movimiento que estaba dirigido cuando menos a desestabilizar al Gobierno", explica.
Morales ha reiterado que la protesta tenía un objetivo político y no de reivindicación social como alegaban los líderes de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin), que realizaron los bloqueos para rechazar una ley promulgada por el mandatario.
Ya anteriormente, Morales había denunciado conspiraciones para derrocarlo, sobre todo, cuando ha afrontado protestas de diferentes sectores sociales, incluso de aquellos que antes habían sido sus aliados.
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