"La derecha boliviana va a atacar a todas las empresas chinas por instrucción del imperio norteamericano. El imperio no quiere que haya presencia (en Bolivia) ni de China ni de Rusia", ha subrayado este domingo el mandatario boliviano en una entrevista con la televisión Cadena A.
En este sentido, ha criticado la denuncia que hace de la empresa china CAMC la derecha, que ha intentado implicar al Ejecutivo, acusándolo de un supuesto tráfico de influencias.
La derecha boliviana va a atacar a todas las empresas chinas por instrucción del imperio norteamericano. El imperio no quiere que haya presencia (en Bolivia) ni de China ni de Rusia", ha subrayado este domingo el presidente boliviano, Evo Morales.
La oposición provoca escándalos de este tipo con el propósito de desprestigiar al Gobierno, ha explicado.
Según Morales, existe una gran posibilidad de que la derecha “cuestione en cualquier momento a las empresas rusas”, por lo que él no vería sorprendente un ataque de la oposición a la Corporación Nuclear Estatal Rusa (Rosatom), una de las más importantes del mundo, y encargada de construir un centro de investigación nuclear en la ciudad de El Alto, a unos 20 kilómetros de La Paz (sede de gobierno y capital político-administrativa de Bolivia).
A su juicio, las conspiraciones contra estas empresas forman parte de "una lucha geopolítica internacional, que encuentra debilitado a Estados Unidos, frente a grandes potencias tecnológicas como China y Rusia".
EEUU orquesta complot contra nexos Bolivia-China: ministro boliviano de la Presidencia https://t.co/awi67KLdjQ pic.twitter.com/sqNuYoaSby
— HispanTV (@Hispantv) February 17, 2016
El mandatario boliviano, a su vez, ha recalcado que su país cuenta con el respaldo de países de gran desarrollo tecnológico como China, Rusia y varios Estados europeos, que acogen con beneplácito el proceso de cambios que se vive en Bolivia desde 2006 (cuando Morales asumió el poder).
Morales ha destacado además que la situación económica de Bolivia es mejor en ausencia del apoyo del país estadounidense, que ha suspendido la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA, por sus siglas en inglés), así como la denominada Cuenta del Milenio, después de la expulsión de su embajador.
Bolivia y Estados Unidos carecen de relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde que Evo Morales expulsó en 2008 al entonces embajador de EE.UU. en La Paz, Philip Goldberg, por injerencias en los asuntos internos de Bolivia. Washington respondió recíprocamente, expulsando al entonces embajador boliviano, Gustavo Guzmán.
Además, en 2008 Morales expulsó de Bolivia, por conspiraciones contra su Gobierno, a la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) y, en mayo de 2013 hizo lo mismo con la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
El 18 de febrero, la Web de filtraciones Wikileaks desveló planes de sabotaje de EE.UU. en Bolivia mediante la financiación de grupos opositores, preparación de actos violentos y organización de campañas de calumnias para derrocar al presidente Morales.
Anteriormente, un libro sobre Wikileaks publicado en septiembre había revelado que Washington evaluó en 2008 la posibilidad de matar al presidente de Bolivia.
En julio de 2015, el fundador de la página, Julian Assange, anunció que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. interceptaba casi todas las comunicaciones de América Latina.
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