La organización pro derechos humanos Reprieve informó el jueves de que el año pasado una empresa de Irlanda del Norte recibió casi un millón de libras de dinero de los contribuyentes del Reino Unido para trabajar con el Ministerio del Interior de Baréin.
En 2015, añadió, más de una docena de expertos de la empresa irlandesa trabajaron con funcionarios penitenciarios barieníes en las cárceles del pequeño país del Golfo Pérsico, donde se formó a unos 400 guardias que vigilan a prisioneros en espera de ejecución.
El informe de Reprieve especifica el caso de un preso bareiní identificado como Mohamad Ramadan, expolicía y padre de tres niños pequeños, que fue torturado para extraerle una falsa confesión.
La ONG británica pide a la empresa irlandesa que ponga fin a su cooperación con el régimen bareiní hasta que Manama ratifique los convenios internacionales contra la tortura y permita inspecciones independientes de las Naciones Unidas.
En este contexto, Harriet McCulloch, subdirectora del equipo sobre pena de muerte de Reprieve ha denunciado que el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido está financiando el encubrimiento de torturas a Mohamad Ramadan y su confesión forzada, dejando languidecer a un hombre inocente mientras su familia tiene miedo de hablar.
Cabe recordar que en 2014, el Reino Unido accedió a abrir una base naval en Baréin a raíz de un acuerdo de defensa. En la ceremonia de inauguración de la construcción de la base, celebrada en noviembre del año pasado, participaron el entonces ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, y el canciller bareiní, el jeque Jaled bin Ahmad Al Jalifa.
Desde febrero de 2011, los bareiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía de los Al Jalifa para reclamar, entre otros, el fin del monopolio de poder y la injerencia extranjera, así como la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.
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