• Aung San Suu Kyi, consejera de Estado de Birmania, habla en una rueda de prensa conjunta con canciller nipón, Taro Kono, 12 de enero de 2018.
Publicada: domingo, 14 de enero de 2018 7:02
Actualizada: domingo, 14 de enero de 2018 8:13

Aung San Suu Kyi, líder ‘de facto’ de Myanmar (Birmania) y Nobel de la Paz 1991, ha defendido la implicación del Ejército birmano en la ejecución de los rohingyas, cuyos cadáveres fueron hallados en una fosa común en un cementerio en el estado oriental de Rajine.

Suu Kyi evaluó la localización de la fosa con los restos de 10 rohingyas como un “paso positivo” durante una rueda de prensa conjunta que mantuvo el sábado con el canciller de Japón, Taro Kono, en Myanmar.

Los cuerpos de los rohingyas fueron hallados el 18 de diciembre en una fosa en la localidad de Inn Din, a unos 50 kilómetros de la capital estatal, Sittwe.

Los rohingyas tacharon de terrorista al Ejército y denunciaron los crímenes de lesa humanidad que las Fuerzas Armadas birmanas cometen contra esa minoría, brutalmente reprimida.

Veinte civiles maniatados y con el rostro cubierto fueron encontrados en la fosa común y la participación del Ejercito terroristas de Myanmar en esta matanza, tal como él mismo ha confesado, corrobora la violación de los derechos de los rohingyas y exterioriza diferentes tipos de agresión y asesinatos de los que ellos son víctimas, mientras sus viviendas son blanco de incendio de los militares”, reclaman los rohingyas.

 

“Veinte civiles maniatados y con el rostro cubierto fueron encontrados en la fosa común y la participación del Ejercito terroristas de Myanmar en esta matanza, tal como él mismo ha confesado, corrobora la violación de los derechos de los rohingyas y exterioriza diferentes tipos de agresión y asesinatos de los que ellos son víctimas, mientras sus viviendas son blanco de incendio de los militares”, reclamaron los responsables de esa etnia.

Los uniformados birmanos informaron el 18 de diciembre de que en la fosa habían hallado 10 cadáveres, y el pasado miércoles dijeron que los restos pertenecían a “terroristas detenidos por las fuerzas de seguridad”.

Amnistía Internacional (AI) reprochó el miércoles el “espeluznante reconocimiento” del Ejército birmano y lo describió como “la punta del iceberg” que justifica la necesidad de investigaciones serias e independientes para develar otras atrocidades que se han cometido durante la campaña de limpieza étnica.

La ola de violencia iniciada en agosto ha dejado, hasta el momento, más de un millar de muertos entre la comunidad rohingya. La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) publicó el pasado 16 de noviembre un informe en el que alerta de las sistemáticas violaciones brutales que perpetran los soldados birmanos contra la comunidad rohingya.

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