El organismo de defensa de derechos humanos publicó el jueves un informe en el que alerta de las violaciones brutales cometidas por soldados del Ejército de Myanmar (Birmania) así como actos de violencia, la crueldad y la humillación generalizada contra la comunidad rohingya.
“Las violaciones han sido un rasgo, devastador y constante, de la campaña de limpieza étnica contra los rohingyas”, dijo la investigadora de HRW de derechos de las mujeres, Skye Wheeler, responsable del informe. “El Ejército birmano ha cometido actos bárbaros de violencia contra una cantidad inestimable de mujeres y niñas que han resultado brutalmente heridas y traumatizadas”, alertó.
El documento —en el que han colaborado 19 organizaciones humanitarias y las Naciones Unidas— asegura que muchas mujeres han sido obligadas a presenciar los asesinatos de sus propios hijos, maridos y demás familiares.
El Ejército birmano ha cometido actos bárbaros de violencia contra una cantidad inestimable de mujeres y niñas que han resultado brutalmente heridas y traumatizadas”, alertó la investigadora de HRW de derechos de las mujeres, Skye Wheeler.
HRW denuncia en su informe que un sinnúmero de mujeres y niñas rohingyas menores de edad han sufrido violaciones en grupo por parte de los soldados birmanos, lo que, continúa, constituye crímenes contra los derechos humanos según el derecho internacional.
La organización insta al Gobierno birmano a “poner fin a las violaciones contra los rohingyas inmediatamente, a cooperar plenamente con los investigadores internacionales, incluidos los de la Comisión de Investigación del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y a permitir que las organizaciones de ayuda humanitaria tengan acceso sin restricciones al estado de Rajine”, donde vive la mayoría de la población rohingya bajo un cerco militar.
Además, HRW pide al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) a imponer un embargo de armas contra Birmania y establecer sanciones individuales sobre los líderes militares responsables de las violaciones de los derechos humanos, incluida la sexual.
La minoría musulmana rohingya está sufriendo ataques violentos, asesinatos, detenciones arbitrarias y la quema de sus viviendas y aldeas desde finales de agosto cuando el Ejército birmano acusó a un grupo de militantes rohingyas de atacar a varios agentes de policías en la frontera con Bangladés. Desde entonces, más de 600.000 rohingyas se ha visto obligado a huir al vecino país de Bangladés para salvar su vida, mientras que otras 1000 personas han sido asesinadas.
El Ejército birmano aseguró, hace varios días, que no había cometido ningún abuso en sus operaciones en Rajine. No obstante, organismos humanitarios, como Amnistía Internacional (AI), dijeron que “hay pruebas aplastantes de que el Ejército ha asesinado y violado a los rohingyas e incendiado sus aldeas. Estos ataques equivalen a crímenes contra la humanidad”.
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