Miles de musulmanes rohingyas en el noroeste de Myanmar (Birmania) están pidiendo el paso seguro de dos aldeas remotas asediadas por extremistas budistas. Según los medios, la situación es particularmente grave en el pueblo de Ah Nauk Pyin y el cercano Naung Pin Gyi, donde cualquier ruta de escape hacia Bangladés es larga y ardua.
“Estamos aterrorizados”, Maung Maung, un funcionario rohingya en Ah Nauk Pyin, dijo el domingo a Reuters por teléfono. “Nos moriremos de hambre pronto y amenazan con quemar nuestras casas”.
Otro rohingya, que pidió el anonimato, dijo que los budistas extremistas llegaron a la misma aldea y corearon: “vayánse, o los mataremos a todos”. En este contexto Maung Maung, dijo por su parte que había llamado a la Policía de Myanmar por lo menos 30 veces para denunciar amenazas contra su aldea.
El 13 de septiembre, el funcionario Rohingya dijo que había recibido una llamada de un aldeano de Rajine que conocía. -Vete mañana o vendremos y quemaremos todas tus casas -dijo el hombre del teléfono-. Cuando el oficial rohingya protestó que no tenían medios para escapar, el hombre respondió: “Ese no es nuestro problema”.
Los ataques y la violencia ejercidos por las fuerzas birmanas contra los rohingyas han provocado un masivo éxodo de refugiados, es decir más de 400.000 personas, dejando además, miles de muertos.
La Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, que ahora se enfrenta a crecientes críticas por el genocidio de rohingyas, en declaraciones polémicas afirmó que la crisis está siendo distorsionada por un enorme “iceberg de desinformación”.
Los desplazados rohingyas, no obstante, dicen que el Ejército ha estado llevando a cabo una brutal campaña de represión en su contra, incendiando pueblos y atacando a civiles con el ulterior propósito de expulsarlos de Myanmar.
aaf/rha/mkh/hnb