La crisis humanitaria en Myanmar (Birmania), como otros conflictos, ha afectado sobre todo a los más vulnerables, los niños. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, más de 240 mil niños han llegado a Bangladés tras la violencia del Ejército de Myanmar en el estado de Rajine. De esta cifra, unos 36 mil tienen menos de un año de edad y corren el riesgo de enfermedades contagiosas.
Según Unicef, los niños rohingyas sufrían malnutrición, incluso antes de abandonar sus casas en Myanmar. Además recuerda que el desplazamiento ha empeorado su situación y se ha convertido en una amenaza para su vida.
El programa mundial de alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por otra parte, ha anunciado que en los últimos 3 días, han logrado suministrar alimentos a los refugiados que viven en campos de desplazados dentro de Myanmar. Sin embargo, aún enfrentan problemas para acceder a los que necesitan asistencia humanitaria.
Desde el inicio de la nueva ola de violencia en Myanmar contra la minoría musulmana Rohingya, cerca de 25 mil personas huyen de sus casas a diario y la mayoría intenta cruzar las fronteras con Bangladés. Unicef ha advertido que los campos no se encuentran en condiciones para recibir más desplazados.
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