“El establecimiento de una comisión bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o un mecanismo similar es el mínimo requerimiento para garantizar que se haga justicia y se rindan cuentas”, dijeron el viernes las organizaciones en una carta dirigida al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) en Ginebra, Suiza.
Los firmantes, entre los que figuran el Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) y Amnistía Internacional (AI), también llamaron a prevenir, de manera significativa, las acciones violentas contra las minorías que se encuentran en situación de riesgo.
El establecimiento de una comisión bajo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o un mecanismo similar es el mínimo requerimiento para garantizar que se haga justicia y se rindan cuentas”, pidieron las organizaciones al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU).
La relatora especial de la ONU para los Derechos Humanos en Myanmar (Birmania), Yanghee Lee, alertó esta semana de la mala situación por la que atraviesa la población rohingya en los campos de refugiados establecidos en Bangladés y exigió “medidas urgentes” tras visitar la zona. Lee presentará el próximo 13 de marzo al CDHNU el informe de su visita.
Entre tanto, el subdirector del HRW en Asia, Phil Robertson, apoyó la petición de la relatora y denunció el silencio guardado por la comunidad internacional ante lo que está sucediendo en Myanmar.
“Basta ya, es hora de actuar. La ONU y los Estados miembros deben levantarse ante la brutal táctica de tierra quemada, asesinatos y violaciones, que el Ejército birmano y la Policía han infligido a la población rohingya”, afirmó en un comunicado.
Myanmar, dominado por los budistas, tiene a sus espaldas un largo historial de discriminación y persecución contra los musulmanes, pues considera a los rohingyas como inmigrantes ilegales. Mientras, la comunidad internacional y grupos pro derechos humanos rechazan tales argumentos, asegurando que esa minoría musulmana tiene raíces históricas en el territorio birmano.
Al menos 73.000 rohingyas han huido a Bangladés de la brutalidad de los militares birmanos que, según numerosas organizaciones, han cometido todo tipo de abusos contra esta minoría.
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