"La cooperación en el sector de la defensa es un curso prospectivo en las relaciones bilaterales con Filipinas, se sabe que nuestro país es uno de los mayores productores de equipos militares, por eso no es de sorprender que los socios filipinos expresen interés por comprarlos", ha aseverado este jueves la directora del Tercer Departamento de Asia del Ministerio ruso de Exteriores, Liudmila Vorobiova, en una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik.
Según Vorobiova, por el momento Moscú y Manila están en conversaciones sobre la creación de la base jurídica necesaria para establecer la cooperación técnico-militar.
La cooperación en el sector de la defensa es un curso prospectivo en las relaciones bilaterales con Filipinas, se sabe que nuestro país es uno de los mayores productores de equipos militares, por eso no es de sorprender que los socios filipinos expresen interés por comprarlos", ha aseverado la directora del Tercer Departamento de Asia del Ministerio ruso de Exteriores, Liudmila Vorobiova.
"Estamos trabajando en esto. En cuanto a proyectos concretos [de las entregas de armas rusas a Filipinas] son una cuestión del futuro", ha explicado la diplomática.
La noticia llega después de que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo el pasado mes de noviembre que el país está dispuesto a comprar armas a Rusia en medio de una ruptura de las relaciones con EE.UU.
En diciembre pasado, el mandatario filipino envió a Rusia a su ministro de Defensa, Delfin Lorenzana, y al titular de Exteriores, Perfecto Yasay, para explorar posibles acuerdos para la compra de armamento a Rusia después de que anunciara la cancelación de un contrato para la compra de 26.000 rifles de asalto a Estados Unidos como consecuencia de las amenazas de Washington.
Desde su llegada al poder en junio, Duterte ha declarado sus intenciones de adoptar una política ‘independiente’ de los intereses de Washington, hecho que ha tensado la histórica alianza de su país con EE.UU., su antiguo colonizador.
En esta misma línea, Duterte le lanzó un ultimátum a Washington para que retire sus tropas del territorio de su país hasta el 2022 y le pidió que “se olvide” del acuerdo militar y defensivo bilateral firmado en 2014, que facilita la presencia estadounidense en el mar de China Meridional.
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