Publicada: viernes, 19 de abril de 2024 11:13
Actualizada: viernes, 19 de abril de 2024 11:35

Los recientes ataques militares de Irán han expuesto las debilidades de los sistemas “avanzados” de defensa aérea de Israel, derribando supuestos en torno a su invulnerabilidad y al mismo tiempo mostrando el giro estratégico de Teherán de la “paciencia” a la “disuasión activa”.

 Por: Shivan Mahendrarajah *

En la película ‘Los Intocables’, hay una escena en la que un miembro del equipo de investigación federal llamado “intocables” muere dentro de un ascensor. Los asesinos dejan un escalofriante mensaje escrito con sangre: “Tocable”.

Esta escena refleja esencialmente una declaración hecha por la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán los días 13 y 14 de abril, demostrando que incluso las defensas aéreas bien custodiadas, como las de Israel y sistemas similares utilizados por Estados Unidos en el Golfo Pérsico, son, de hecho, vulnerables.

Hasta ahora, el concepto de “paciencia estratégica” practicado por la República Islámica era a menudo descartado por sus adversarios como mera retórica. Sin embargo, el reciente cambio de Irán de la disuasión pasiva a la activa muestra una evolución estratégica que necesita algo de contexto.

Paciencia estratégica y gran estrategia

Las políticas exteriores de Teherán hoy están sustentadas en lo que se denomina “racionalidad política”, un alejamiento de las políticas ideológicas del pasado. De esta racionalidad surge una gran estrategia integral, que utiliza todas las facetas del poder estatal —diplomática, tecnológica, industrial, económica y militar— para lograr los objetivos políticos supremos de Irán.

Esta gran estrategia multifacética está moldeada por varios acontecimientos históricos importantes que dejaron una huella indeleble en los cálculos de Teherán. En primer lugar, la traumática guerra entre Irán e Irak (1980-1988) —denominada comúnmente en Irán como “guerra impuesta”—, que dejó profundas cicatrices por la magnitud de la brutalidad, incluido el uso de armas químicas por parte de Irak y la extensa guerra urbana y de trincheras que devastó a ambas poblaciones. En segundo lugar, el escenario geopolítico posterior a 2002 definido por el discurso sobre el “Eje del Mal” del expresidente de EE.UU. George W. Bush y las posteriores posturas agresivas hacia Irán por parte de funcionarios estadounidenses, que a menudo presentaban al país como el principal actor maligno que amenaza la seguridad global.

Los iraníes estaban motivados existencialmente para “nunca más” soportar el tipo de vulnerabilidad que experimentaron durante la guerra entre Irán e Irak. Resolvieron lograrlo tanto en el frente militar como en el estratégico. El primer paso fue desarrollar una industria armamentística nacional para que en el futuro Irán pudiera luchar solo. Impresionantemente, en pocas décadas, los notables programas de drones y misiles del país estaban plenamente operativos y abastecidos.

Estratégicamente, Irán ha intentado mantener los conflictos lejos de sus fronteras, adoptando una estrategia de “negación de área”, o lo que algunos llamarían establecer una “profundidad estratégica”. Esta estrategia se centró en gran medida en la diplomacia y el comercio, herramientas de poder blando para relacionarse positivamente tanto con los vecinos directos como con los lejanos.

La profundidad estratégica también se logró junto con los objetivos de producción militar de Irán, desarrollando capacidades para neutralizar amenazas a distancia, denegando eficazmente el acceso del enemigo en un radio de 2000 kilómetros desde el centro de Irán mediante una combinación de misiles, aviones no tripulados, guerra electrónica y defensas aéreas.

El objetivo es atacar preventivamente amenazas potenciales en el mar Rojo y el Mediterráneo oriental, disuadiendo a los enemigos antes de que puedan representar una amenaza directa al suelo iraní.

‘Estamos listos ahora’

Sin embargo, el CGRI de Irán necesitó un tiempo considerable para desarrollar, probar y acumular el deseado arsenal de drones, misiles y bombas dentro de sus “ciudades de misiles” subterráneas repartidas por todo Irán. Por lo tanto, el período de “paciencia estratégica” de estas últimas décadas fue crucial para Teherán, especialmente durante los años de Bush.

Pero el 1 de abril de 2024, los frutos de este período de preparación se hicieron visibles después de que Israel declarara efectivamente la guerra a Irán atacando su consulado en Damasco.

En una publicación reciente en X, Mehdi Mohamadi, un destacado funcionario de defensa iraní, afirmó: “Para cualquier actor racional, hay un punto en el que los cálculos de coste-beneficio cambian de repente, y las estrategias se reescriben desde cero. Para Irán, el ataque de Damasco fue ese punto”.

En efecto, Teherán pudo pasar de la “paciencia estratégica” a la “disuasión activa” porque el CGRI estaba finalmente preparado.

Reconocimiento de fuerzas

Los informes sobre los tipos de drones y misiles lanzados por el CGRI son contradictorios. Las afirmaciones de que se lanzaron cientos de drones y misiles son probablemente exageradas. Para los objetivos militares de Irán esa noche, emplear “cientos” de proyectiles era sencillamente innecesario.

Lo que es cierto es que se utilizó el venerable dron “suicida” Shahed-136, junto con posiblemente cuatro modelos de misiles balísticos de medio alcance (MRBM), además del misil de crucero Paveh. Los objetivos, por orden de importancia, eran los siguientes:

En primer lugar, la base de inteligencia de Monte Hermón, en los altos del Golán ocupados (33°19’00.3″ N 35°48′ 22.6″ E), que fue alcanzada por misiles Paveh, pero dada su solitaria ubicación, no hay imágenes disponibles en línea.

En segundo lugar, la base aérea de Ramon (30°46′ 06,6″ N 34°40′ 24,0″ E). Dado que era una noche despejada, hay pruebas fotográficas y de vídeo independientes captadas desde distintos ángulos de varios misiles del CGRI impactando contra el lugar.

En tercer lugar, la base aérea de Nevatim (31°11′ 37,3″ N 35°01’18,7″ E), que el ejército israelí admite que sufrió daños menores y ha publicado algunas imágenes de satélite.

La incursión del CGRI, a pesar de alcanzar tres objetivos predeterminados, fue principalmente un reconocimiento en fuerza (RIF), que es esencialmente una táctica militar empleada por un adversario para adquirir inteligencia utilizando una fuerza considerable, pero no decisiva.

El ataque aéreo de Irán obligó a los israelíes a revelar tanto sus fortalezas como sus debilidades, lo que sucede cuando los sistemas de defensa aérea (AD) “encienden” sus sensores electrónicos, activan la guerra electrónica (para bloquear o falsificar misiles y drones) y lanzar misiles interceptores para derribar objetivos entrantes.

Es común que los vehículos aéreos no tripulados (UAV o drones) de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) sigan a los drones de ataque —manteniéndose a distancia— para monitorear el campo de batalla y capturar vídeos, fotografías e inteligencia electrónica. Si esto se hiciera, y los drones ISR capturaran datos a pesar de los intensos esfuerzos de interferencia por parte de los israelíes, permitiría al CGRI desarrollar un mapa detallado de las ubicaciones de la defensa aérea israelí para futuros ataques.

No obstante, el CGRI evidentemente tenía información sólida sobre las capacidades y sistemas de defensa aérea israelíes. A pesar de que Israel y sus aliados (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania) ya estaban en alerta máxima esa noche, y de la rápida inteligencia proporcionada supuestamente por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, los misiles iraníes alcanzaron con éxito todos los objetivos en Monte Hermón, Ramon y Nevatim.

Las defensas de Israel al descubierto

El ejército israelí tiene un sistema de defensa aérea integrado que incluye Cúpula de Hierro, Arrow, Honda de David, Patriot y otros. Este sistema se alimenta de datos de un avanzado sistema de radar estadounidense en Har Qeren, en el desierto de Néguev.

Su misión, como explicó el ex inspector de armas de la ONU Scott Ritter: “es detectar lanzamientos de misiles iraníes y pasar datos de puntería a las baterías israelíes Arrow y Honda de David y a las estadounidenses THAAD ABM desplegadas para proteger emplazamientos israelíes sensibles, como Dimona y las bases aéreas de Nevatim y Ramon”.

Está claro que el avanzado sistema israelí no protegió Nevatim y Ramon. Esta última es una de las mayores bases aéreas de Israel, y alberga los cazas de primera línea F-35l Adir, cazas furtivos, aviones de transporte y cisterna y de reconocimiento, y el Air Force One de Israel, reservado para los dos principales líderes políticos del país.

Como tal, Nevatim está defendida por el escudo integrado de defensa antimisiles más avanzado del mundo, diseñado específicamente para proteger contra la amenaza de misiles iraníes.

El CGRI aplicó una combinación estratégica de drones como “cebo” y misiles con contramedidas incorporadas, como señuelos y chaff, para penetrar en la defensa antiaérea de Israel.

A pesar del uso de modelos MRBM (misil balístico de alcance medio) más antiguos como Ghadr, Emad y Dezful, junto con uno de sus misiles más nuevos y avanzados, el Jeibar Shekan —y a pesar del número limitado de misiles lanzados (razonablemente aproximado a 30-40 proyectiles)— la mayoría de los misiles iraníes alcanzaron con éxito sus objetivos previstos.

Esto ocurrió incluso mientras Israel y sus aliados lanzaban cientos de interceptores, con un coste estimado de entre 1100 y 1300 millones de dólares en unas pocas horas. Pero el coste es el menor de los problemas de Tel Aviv: la disponibilidad de interceptores de repuesto es, y seguirá siendo siempre, su principal preocupación.

Esta situación es paralela a los retos a los que se enfrenta Ucrania, que ha agotado sus interceptores de defensa aérea. Una campaña sostenida de incursiones del CGRI podría agotar de forma similar las reservas israelíes de interceptores, especialmente si EE.UU. necesita conservar sus propias reservas.

Las bases estadounidenses están sobre aviso

El éxito de la operación Verdadera Promesa de Irán se debió en parte a la mayor alerta de Israel, puesta en marcha por la inteligente advertencia de 72 horas de Irán a los países vecinos. Cabe destacar que miembros del Eje de la Resistencia, como Ansarolá de Yemen y Hezbolá de El Líbano, no participaron en el ataque, que fue una iniciativa estratégica iraní, como indicaron las declaraciones del Líder (de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed) Ali Jamenei de que Israel “será castigado por nuestros valientes hombres”.

De cara al futuro, las implicaciones posteriores al 13 de abril para la seguridad regional son profundas. Si fuerzas aliadas adicionales dentro del Eje de la Resistencia se coordinaran con el CGRI en una ofensiva prolongada, la presión sobre el sistema de defensa aérea de Israel podría ser abrumadora.

Si pensamos en la cobertura de defensa aérea de Israel como una manta gruesa que fue penetrada por el CGRI, entonces la cobertura de defensa aérea de las bases estadounidenses en Siria, Irak y los Estados del Golfo Pérsico es una manta delgada y raída. Cualquier posible conflicto directo de Estados Unidos con Irán podría exponer las bases estadounidenses a graves ataques, con la posibilidad de que estos emplazamientos militares fueran invadidos y las tropas estadounidenses corrieran un gran riesgo.

“Tocable” es el mensaje de Irán

La operación aérea de Irán del pasado fin de semana envió un claro mensaje sobre la penetrabilidad de los sofisticados sistemas de defensa antiaérea, lo que provocó una gran preocupación entre los profesionales militares y de inteligencia israelíes y estadounidenses.

El CGRI golpeó con gran precisión —e incluso se divirtió con las IDF (fuerzas de guerra de Israel)— al lanzar ojivas contra la piscina de oficiales y el centro de recreo de Nevatim. El mensaje era: si no retrocedéis, podemos causar graves daños.

Aún no se sabe si esto se traducirá en una reevaluación estratégica y un serio impulso hacia la desescalada, a pesar del ingenio táctico desplegado por el CGRI, que un analista estadounidense describió como una “obra maestra”.

 

* El Dr. Shivan Mahendrarajah es miembro de la británica Real Sociedad Histórica. Se educó en la Universidad de Columbia y obtuvo su doctorado en Historia Islámica y de Oriente Medio en la Universidad de Cambridge. Shivan es autor de artículos históricos revisados por pares sobre el Islam, Irán y Afganistán; sobre contrainsurgencia; Al-Qaeda y los movimientos talibanes de Afganistán y Pakistán.


Texto recogido del artículo publicado en The Cradle