Según señalaron el domingo los medios de comunicación israelíes, la distensión entre los países árabes y Siria tras más de una década de congelamiento de lazos no es un buen augurio para Israel, especialmente en medio del reciente acercamiento entre Irán y los Estados ribereños del Golfo Pérsico.
El periódico israelí Maariv describió el regreso de Siria a los brazos árabes como un “Nuevo Oriente Medio” y agregó que la decisión de Arabia Saudí de invitar al presidente sirio, Bashar al-Asad, a asistir a la cumbre de la Liga Árabe (LA) que se llevará a cabo en Riad (capital saudí) en mayo pondrá fin a “la marginación política de Siria entre los Estados árabes”, que ha estado en curso desde que estalló el conflicto en el país levantino en 2011.
El rotativo detalló que la participación de Al-Asad en la cumbre de la Liga Árabe supondrá un “avance importante” en el acercamiento entre Siria y los Estados árabes. Agregó que, el retorno de Siria a los brazos árabes “será principalmente simbólico, pero reflejará un cambio en la postura regional sobre Siria”.
Mientras tanto, el diario Israel Hayom vio la invitación de Al-Asad a la cumbre de la organización panárabe como un cambio importante en la política exterior de Riad, que también ha calentado sus lazos con Irán.
Los medios informaron en marzo sobre un acuerdo entre Riad y Damasco para reabrir sus embajadas después del mes sagrado musulmán del Ramadán. El domingo, la agencia británica Reuters reveló que el canciller saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, viajará a Damasco, en las próximas semanas, para entregarle a Al-Asad una invitación formal para asistir a la cumbre de la Liga Árabe el 19 de mayo.
La Liga Árabe suspendió la membresía de Damasco en noviembre de 2011, después del estallido de la crisis en Siria, apoyada desde exterior. El Gobierno sirio denunció que la Liga Árabe estaba sirviendo a los intereses de los países occidentales y los poderes regionales hostiles.
Después de que el Gobierno de Damasco saliera victorioso del conflicto militar y lograra recuperar la mayor parte de las zonas ocupadas por los terroristas, ha comenzado una nueva apertura política por parte de los Estados árabes hacia Siria.
Varios países árabes se apresuraron a ayudar a Siria después del potente terremoto del 6 de febrero que mató a miles de personas en el país árabe, devastado por guerra. En ese momento, el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, llamó a su homólogo sirio para expresarle su apoyo y solidaridad tras el desastre, una postura sin precedente desde que el líder egipcio asumió el cargo en 2014.
Otra señal del acercamiento entre Siria y los Estados árabes, fue la visita del ministro sirio de Exteriores, Faisal al-Mekdad, realizada el sábado a El Cairo. Se trataba de la primera visita a Egipto de un diplomático sirio de este calibre en más de una década.
Maariv opina que la visita de Al-Mekdad a El Cairo “tenía como objetivo dar pasos para el regreso de Siria a la Liga Árabe bajo la mediación de Egipto y Arabia Saudí”.
Asimismo, el viaje histórico de Al-Asad a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a mediados del mes pasado constituyó un paso importante en la distensión entre los Estados árabes y Siria que se logra pese al rechazo de Estados Unidos e Israel.
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