Los docentes de las 55 universidades nacionales no reciben aumentos desde octubre de 2023 y el presupuesto asignado por el actual gobierno es el mismo que el año pasado que incluye las actividades de ciencia, tecnología, extensión universitaria y la atención de salud, frente a un 288 % de inflación interanual.
Cortes de luz programados, ascensores que no funcionan, aires acondicionados o calderas que no se prenden. Ese es el panorama que se vive en varias facultades dependientes de la universidad pública más grande de Argentina (UBA) a raíz de los recortes presupuestarios ejecutados por el presidente ultraderechista Javier Milei.
Estas medidas han expuesto a los centros académicos a la parálisis y disparando un grave conflicto social. También otras universidades del país anunciaron marcha general para el martes 23 de abril en defensa de los centros académicos públicos. Ante tal coyuntura, el Gobierno de Milei se niega a responder.
Desde diciembre, el presidente Javier Milei ha encabezado duras medidas de austeridad y reducción de costos que han ayudado a comenzar a revertir un profundo déficit fiscal, ganarse a los inversionistas y moderar los precios mientras la pobreza ha aumentado y la actividad económica se ha estancado.
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