La visita de Benjamin Netanyahu a Buenos Aires, no solo garantizó la compara de armamento y adiestramiento israelí para la represión, sino que consolidó un cambio de postura de la diplomacia argentina sobre Palestina.
Con un oficio, para el canciller argentino, repudiando la abstención en las naciones unidas, estos activistas debieron conformarse con dejarlo en mesa de entradas, ante un empleado administrativo.
Una subordinación explícita por parte del Gobierno argentino, con los tres países que votan en contra del dialogo por la soberanía de las Islas Malvinas, en las Naciones Unidas, como los son Israel, el Reino Unido y los Estados Unidos.
Sebastián Salgado, Buenos Aires.
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