Con esta medida el régimen de Riad busca mantener bajo su control el movimiento de los príncipes recién liberados, así como impedir que salgan del país, sin el consentimiento del régimen saudí, según informaron el martes medios de comunicación.
Los mencionados príncipes, marcados por Riad con grilletes electrónicos, también, no podrán participar en ninguna actividad política, agregan las fuentes.
En noviembre pasado, Arabia Saudí detuvo a decenas de príncipes, ministros, exministros y empresarios del país por presuntos cargos de corrupción, entre otros temas, casos de lavado de dinero y de corrupción en acuerdos de venta de armas entre las autoridades saudíes.
Semanas después, Riad anunció que liberaría a algunos de los retenidos si devuelven el dinero robado. Se estimaba que el reino saudí, con esta medida, recuperaría entre 50 000 y 100 000 millones de dólares.
El príncipe saudí Mitab bin Abdolá, fue una de las figuras más importantes—considerado en su día como posible sucesor al trono—que ganó su libertad tras reconocer su responsabilidad en casos de corrupción y alcanzó un acuerdo para pagar más de mil millones de dólares.
Existen fundadas sospechas de que la purga de Bin Salman es parte de una amplia estrategia con el fin de recaudar fondos para la agotada tesorería del país, arruinada por el bajo precio del petróleo y los elevados costes de la agresión a Yemen, que ha obligado al país a tomar medidas de austeridad.
El sábado, las autoridades de Arabia Saudí arrestaron a 11 príncipes por congregarse en el palacio real en Riad, en rechazo a las políticas de austeridad impuestas.
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