Un grupo de manifestantes ha incendiado varios coches patrulla de las fuerzas de seguridad en el barrio de Altona, cerca de una comisaría. Para dispersar a los indignados, los agentes de policía han lanzado gases lacrimógenos y cañones de agua.
“Operación en curso contra personas violentas”, ha escrito la Policía Federal alemana en su cuenta en Twitter. Por su parte, el Sindicato de la Policía GdP germano ha condenado los ataques violentos y denunciado que el denominado grupo radical Black Blocks –conformado por manifestantes vestidos de negro y con capuchas y fulares negros– “ha confiscado las manifestaciones pacíficas”.
Las autoridades alemanas estiman que a lo largo de la jornada de este viernes podrían salir unas 100.000 personas a las calles de Hamburgo, ciudad norteña que anfitriona la cumbre del G20 entre hoy y este sábado.
Entre tanto, fuentes policiales han informado del incendio registrado la madrugada de hoy en un concesionario de automóviles de Hamburgo que afectó a diez automóviles de la marca Porsche. Se sospecha que sea una acción de activistas contra la cumbre del G20.
Las autoridades germanas han desplegado en las calles de Hamburgo alrededor de 20.000 agentes para blindar la seguridad ante eventuales medidas terroristas e impedir la violencia en las cerca de 30 marchas convocadas durante los días de la cumbre.
Los agentes disponen de equipo antidisturbios, vehículos blindados, helicópteros y aviones teledirigidos de vigilancia para cubrir la que se considera la mayor operación policial en la historia reciente de Alemania.
Los organizadores de las movilizaciones insisten en que el G20 ha fracasado por no atajar asuntos que amenazan la paz mundial. Además, han advertido de que la gran cantidad de fuerzas antidisturbios podría provocar desórdenes por sí misma.
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