Los comandantes militares de EE.UU., que hace tan sólo unos meses estaban planeando retirar las últimas tropas estadounidenses de Afganistán a finales de año, ahora están en silencio hablando de un compromiso estadounidense que podría mantener a miles de efectivos en el país durante décadas.
Lo que hemos aprendido es que realmente no se puede abandonar (Afganistán)", dijo un alto funcionario del Pentágono
"Lo que hemos aprendido es que realmente no se puede abandonar (Afganistán)", dijo un alto funcionario del Pentágono al referido diario.
El funcionario, que habló a condición de guardar el anonimato, ha afirmado que el Ejército afgano y la Policía no van a estar listo en tres años o cinco años, así que tienen que estar allí por un tiempo muy largo.
Según la fuente, este cambio de mentalidad surgido, posiblemente, por una decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, refleja la vulnerabilidad del Gobierno afgano para hacer frente a los ataques de los milicianos y la preocupación de que grupos terroristas como Al-Qaeda sigan construyendo campos de entrenamiento.
Por su parte el brigadier general Wilson Shoffner, portavoz de las Fuerzas Armadas estadounidenses desplegadas en Afganistán, ha asegurado recientemente que en los próximos dos años va a haber grandes espacios sin existir un gobierno, de cuales podrían aprovechar los extremistas.
Actualmente hay 9800 soldados estadounidenses en Afganistán, algunos de ellos centrados en la caza del grupo terrorista Al-Qaeda y otros milicianos, a pesar del anuncio oficial de Washington sobre su intención de sacar la mayoría de las tropas estadounidenses de Afganistán en 2014.
En octubre de 2015,Obama anunció sus planes para dejar un contingente militar de 5500 soldados en Afganistán aun después del fin de su mandato, lo que fue denunciado posteriormente por algunos diputados del Parlamento afgano y apoyado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En 2001, la OTAN, comandada por el Pentágono, invadió Afganistán so pretexto de luchar contra el terrorismo. No obstante, la inseguridad aumentó, y los civiles y militares afganos muertos se cuentan por miles.
Según las cifras de la Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) esta guerra, entre 2001 y 2014, acabó con la vida de unos 100 mil afganos y paquistaníes.
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