• Viviendas destruidas por un ataque aéreo de Arabia Saudí en Yemen
Publicada: viernes, 17 de abril de 2015 21:42

La escasez de cobijo se ha convertido en una de las preocupaciones más apremiantes de los refugiados yemeníes, luego del agravamiento del conflicto provocado por los ataques aéreos de Arabia Saudí y el difícil acceso de personal sanitario y ayuda humanitaria.

Según ha advertido el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), durante las últimas semanas entre 120.000 y 150.000 civiles han tenido que abandonar sus hogares.

A ello se suman los más de 300.000 yemeníes desplazados por la inestabilidad anterior en el país, muchos de los cuales han tenido que huir por segunda vez, como es el caso de los refugiados de Al-Mazrak, lugar que fue hace casi dos semanas objeto de los bombardeos saudíes. 40 personas murieron y 200 sufrieron heridas.

 

Una reciente evaluación interinstitucional en la provincia de Hajjah, que acoge a unos 60.000 desplazados internos yemeníes, ha mostrado que el refugio, la comida y el agua potable son las tres necesidades más urgentes en la actualidad.

En esta investigación, 103 de 111 personas han aseverado que son muchos los que no tienen un sitio digno donde vivir, incluso han relatado que sus viviendas han quedado destruidas y en varios lugares la gente está viviendo a la intemperie.

Un socio de ACNUR, que gestiona actualmente uno de los cuatro centros comunitarios para desplazados internos,  ha indicado que el precio de los alimentos se ha duplicado, el del combustible se ha disparado y el suministro eléctrico se ha reducido hasta ser casi inexistente, lo que amenaza con generar muchos más desplazamientos.

Sus trabajadores en Saná, la capital, han informado de que la población está cada vez más desesperada y que dormir resulta muchas veces complicado por el constante flujo de bombardeos aéreos ininterrumpidos.

Pese a esta situación, la agencia humanitaria ha señalado que está proporcionando asistencia social, médica y jurídica para los refugiados y solicitantes de asilo.

Al mismo tiempo, la gente sigue huyendo en barco desde Yemen hacia países del Cuerno de África. En las últimas semanas se ha registrado la llegada de 2029 personas a Yibuti y Somalia.

Asimismo, la agencia de la ONU ha dicho que espera que los refugiados pronto puedan ser trasladados al nuevo campo de Markazi. Allí ya se han instalado 80 tiendas de campaña, letrinas y se ha iniciado la construcción de cocinas.

Riad, sin el visto bueno de las Naciones Unidas, comenzó el pasado 26 de marzo una ofensiva aérea contra Yemen en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.

El portavoz del Ejército yemení, el coronel Sharaf Luqman, aseguró el pasado lunes que en los bombardeos saudíes, al menos 2571 civiles han perdido la vida, incluidos 381 niños menores de 15 años y 214 mujeres, y 3897 han resultado heridos, entre ellos 613 niños y 457 mujeres.

Por su parte, el Observatorio de los Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) deploró la alarmante cifra de bajas civiles en ataques a Yemen e instó al régimen de Riad a abrir investigaciones sobre presuntas violaciones de las leyes de guerra.

El pueblo yemení ha condenado en reiteradas ocasiones la agresión saudí, al advertir que pagará caro sus ataques, rechazados también por países como Rusia, China, Irán, Siria e Irak.

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