Uno de los pilotos rusos eyectados en paracaídas “logró escapar (de los terroristas) y, según la última información, ha sido encontrado por el Ejercito de Siria”, ha afirmado este miércoles el embajador de Rusia en Francia, Alexandre Orlov.
Uno de los pilotos rusos eyectadas en paracaídas logró escapar (de los terrorista), y según la última información, ha sido encontrado por el Ejercito de Siria”, ha afirmado el embajador de Rusia en Francia, Alexandre Orlov
En sus declaraciones a la emisora Europe 1, el diplomático ruso ha indicado que el piloto debe estar en camino de vuelta a la base aérea rusa de Hmeymim, situada en la ciudad portuaria siria de Latakia (oeste).
En torno al destino del otro aviador, el diplomático ruso ha confirmado que este “resultó herido al lanzarse en paracaídas y luego asesinado en tierra de una manera salvaje por los extremistas que se encontraban en la zona”.
Orlov, en una profunda crítica a Ankara, ha denunciado que el Gobierno turco desempeña “un papel ambiguo” en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
“Dice que forma parte de la coalición contra Daesh (orquestada por EE.UU.), pero le compra el petróleo robado (a Daesh) en Irak”, ha remarcado, un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, acusara a Turquía de este nexo.
El martes se estrelló un avión ruso tipo Su-24 tras ser atacado por dos cazas turcos F-16 en una localidad siria cerca de la frontera con Turquía, según Ankara.
Tras el siniestro, una brigada turcomana aseguró haber matado a uno de los pilotos y retenido al otro, al tiempo que la agencia británica Reuters divulgó un vídeo en el que se apreciaba a uno de ellos muerto en el suelo y rodeado por los extremistas.
En un principio, el Ministerio ruso de Defensa había confirmado la muerte de uno de sus aviadores del Su-24, así como la de un piloto de uno de los helicópteros enviados para buscar a los sobrevivientes, que fue derribado por un misil anti-tanque guiado BGM-71 TOW, lanzado por elementos armados.
El aparato ruso participaba en una operación en el marco de la campaña de ataques aéreos contra las posiciones de grupos terroristas que lanzó Rusia a finales de septiembre después de que el presidente sirio, Bashar al-Asad, solicitara a Moscú asistencia militar para combatir a las bandas terroristas.
El derribo de la nave rusa ha generado la reacción de un gran número de países que, en su mayoría, se han expresado preocupados por la escalada de tensiones en la región.
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