“En breve tendremos que tomar una decisión sobre si se prolongan o no las medidas de respuesta”, ha informado el premier ruso a los medios de comunicación.
En breve tendremos que tomar una decisión sobre si se prolongan o no las medidas de respuesta
Medvedev ha dejado claro que la decisión del Kremlin dependerá de los pasos que dé Occidente, subrayando que las acciones de su parte serán “proporcionales”.
En otra parte de sus comentarios, ha reconocido la existencia de una crisis entre Rusia y Occidente, pero ha considerado que el origen de esta es, sobre todo, la diferente interpretación del derecho internacional.
En este contexto, ha pedido a la comunidad internacional que respete la carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los convenios de defensa de derechos humanos.
Basado en estos, opina el alto funcionario, “hay que restablecer la confianza en los principios del derecho internacional universalmente aceptados”.
La tensión existente entre Rusia y Occidente se debe a la crisis de Ucrania; los países occidentales acusan a Moscú de agravar la situación mediante su intervención, algo que rechaza enérgicamente el Kremlin.
Sobre la base de la crisis ucraniana, la Unión Europea (UE) y EE.UU. impusieron sanciones, al principio, contra las empresas e individuos rusos, y luego contra varios sectores de su economía.
Moscú respondió imponiendo un embargo a los productos perecederos occidentales, desde carnes a lácteos, verduras o frutas.
Mientras ambas partes se enfrentan en la escena política, los enfrentamientos sobre el terreno en el este de Ucrania entre las fuerzas gubernamentales y los independentistas prorrusos se siguen cobrando vidas humanas: al menos 6116 personas han muerto y 15.474 han resultado heridas en esta zona, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH).
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