Hungría pese a las presiones que experimenta anuncia en voz alta su desacuerdo respecto al trato de los Veintiocho hacia Moscú.
"No quiero vivir en una Europa que se dirige hacia una nueva guerra fría con Rusia. Que convierte a los europeos en enemigos de Rusia. Que rechaza la fantástica perspectiva de unir los recursos energéticos rusos con las tecnologías y la cultura europeas", así lo manifestó el jueves el premier húngaro en una entrevista concedida al diario ruso 'Kommersant'.
Al rechazar las sanciones antirrusas de la Unión Europea (UE), Orbán dejó claro que en el levantamiento o continuidad de estas medidas Budapest no pinta nada sino depende de Alemania.
Sin embrago, recalcó que Hungría pese a las presiones que experimenta anuncia en voz alta su desacuerdo respecto al trato de los Veintiocho hacia Moscú.
"Consideramos que Europa no será competitiva en el escenario mundial si excluye a Rusia de sus socios", enfatizó en sus declaraciones.
En reiteradas ocasiones, el Gobierno húngaro ha criticado los intentos del Occidente para aislar a Rusia y acusarla de interferir en los asuntos internos de Ucrania.
El 17 de febrero, el premier húngaro recibió al presidente ruso, Vladimir Putin, en la ciudad capitalina de Budapest. En ese encuentro, Orbán señaló que su país está interesado en desarrollar sus relaciones con Moscú y espera que el suministro de los hidrocarburos rusos se realice de manera estable.
La reticencia a la ruptura de vínculos con Rusia del primer ministro húngaro le está costando choques con otros países de la UE y con EE.UU. En noviembre del año pasado, la parte occidental denunció supuestos casos de corrupción de seis altos funcionarios húngaros, sin precisar sus nombres.
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