Luego de 8 años de la expulsión del embajador Philip Goldberg, un representante diplomático de EE.UU. es recibido por el mandatario boliviano, Evo Morales, en el palacio presidencial.
En general, la iniciativa es saludada por la ciudadanía, aunque existen ciertas reservas. Según el exministro del Gobierno boliviano, Hugo Móldiz, queda claro que el papel injerencista de Washington no se detendrá.
Móldiz también opinó que esta movida diplomática del Gobierno está enmarcada en la estrategia internacional boliviana de ganar simpatías de cara a la demanda marítima presentada contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Andrés Sal.lari, La Paz.
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