La ciudad fue liberada después de tres semanas de continuos enfrentamientos y duros choques entre el Ejército y las fuerzas voluntarias de Irán por un lado y las tropas bajo el mando del entonces dictador iraquí, Saddam Husein por el otro. La victoria final se logró en el marco de una operación relámpago de cuatro etapas llamada Beit al-Moqadas que duró 24 horas.
Este día conocido como el de Resistencia, Sacrificio y Victoria en el calendario persa, simboliza toda la lucha del valiente pueblo iraní a lo largo de 8 años de la Defensa Sagrada (guerra impuesta por Irak contra Irán desde 1980-1988).
Liberando a Joramshahr de las garras de un enemigo armado hasta los dientes y apoyado por poderes occidentales y regionales, la nación persa demostró que jamás dejaría que ningún agresor invadir su territorio.
La noticia llenó de júbilo a la nación iraní que salió a las calles para celebrar esta legendaria victoria y dejó atónitos a los enemigos de la de Irán que lanzando esta guerra mediante su títere iraquí -Saddam Husein- intentaban minar las bases democráticas de la joven Revolución Islámica.
Sin embargo, muy pronto supieron que la guerra que habían lanzado con la consigna de conquistar a Irán en tres días, no iba a resultarles tan fácil, pues se encontraron con la férrea voluntad de los iraníes que estaban dispuestos a morir antes de ver pisoteados sus logros revolucionarios.
Ahora, más de tres décadas después del día que los soldados iraníes izaron la bandera de la República Islámica en la mezquita principal de Joramshahr, el pueblo persa sigue celebrando esta fecha para demostrar a todo el mundo que continúa fiel a sus ideales religiosos y revolucionarios y seguirán luchando para proteger a su país.
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