“Arabia Saudí habla de romper las relaciones políticas con Irán, mientras la República Islámica de Irán no necesita en lo absoluto a los saudíes y sus amos y esta ruptura de lazos no traerá ningún problema para nosotros”, ha manifestado este lunes Amoli Lariyani.
Arabia Saudí habla de romper las relaciones políticas con Irán, mientras la República Islámica de Irán no necesita en lo absoluto a los saudíes y sus amos y esta ruptura de lazos no traerá ningún problema para nosotros”, ha manifestado el presidente del Poder Judicial de Irán, el ayatolá Sadeq Amoli Lariyani.
El domingo, el canciller saudí, Adel al-Yubeir, anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Irán tras las críticas de Teherán por la ejecución del prominente clérigo chií, el sheij Nimr Baqer al-Nimr, por parte del país árabe.

En este contexto, Amoli Lariyani ha recordado que en los años posteriores a la Revolución Islámica (1979), Teherán ha sido objeto de las más duras sanciones y embargos, empero, hoy en día Irán se considera el país más poderoso e independiente del Oriente Medio.
Además, ha denunciado que el régimen saudí está cometiendo numerosos crímenes en varios países de la región, incluidos Irak, Siria, El Líbano, Baréin y Yemen, de manera que en todas las partes del mundo islámico se ve claramente las huellas del apoyo de los saudíes al terrorismo.
“Con la riqueza acumulada por la venta de unos 11 millones de barriles de petróleo al día, Arabia Saudí está materializando los planes más malévolos de sus amos (Occidente) en la región”, ha aseverado.
El clérigo iraní ha asegurado que el régimen monárquico saudí está en declive y la sangre derramada de personas inocentes como el sheij Al-Nimr acelerará su decadencia.
Asimismo, ha lamentado que los saudíes pretendan dar inicio a una guerra entre chiíes y suníes y que sus “ilógicas” acciones en el Oriente Medio sirvan a los intereses del régimen de Israel y Estados Unidos.
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí, a través de un comunicado, anunció el sábado la ejecución de 47 personas por supuestos cargos de terrorismo, incluido el sheij Al-Nimr.
La ejecución de Al-Nimr recibió la fuerte condena del Gobierno iraní y generó varias protestas en el país persa, sobre todo frente a la embajada saudí en Teherán (capital) y el consulado del país árabe en la ciudad santa de Mashad (noreste).
Al-Nimr, el mayor crítico del régimen monárquico Al Saud en la minoría chií del país, fue arrestado en 2012, después de que la Policía saudí le disparara en la región de Al-Qatif, en la provincia Oriental, donde se celebraban protestas pacíficas y fue condenado a la pena capital el 15 de octubre de 2014.
rba/ctl/nal