Las delegaciones de las ciudades sureñas de Tacna, Moquegua y Puno han participado también en la protesta, en la que los manifestantes han advertido de que en ningún caso permitirán que el proyecto comience, al grito de “¡el valle no se vende, el valle se defiende!”.
Además, las personas se han encontrado con un cerco policial de más de 500 efectivos, que buscaban impedir los brotes de violencia durante la movilización.
Desde el pasado 23 de marzo, los residentes de la provincia de Islay se movilizan por rechazo al desarrollo del proyecto cuprífero, denunciando que afecta su agricultura y contamina la zona.
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