Es importante que quede claro que si nuestras demandas no son respondidas, tomaremos de nuevo las calles", dijo un dirigente etíope.
"Es importante que quede claro que si nuestras demandas no son respondidas, tomaremos de nuevo las calles", dijo Inbar Bugale, uno de los dirigentes etíopes durante una rueda de prensa celebrada el domingo en Tel Aviv.
Hablando bajo una pancarta que decía “no más racismo”, los líderes llamaron a someter a juicio de manera inmediata a los dos policías israelíes que aparecieron en un reciente vídeo golpeando a un soldado de origen etíope, llamado Damas Pakada, sin una provocación aparente por parte del militar.
“Nuestras demandas incluyen medidas para mejorar el bienestar, la educación y vivienda para la comunidad etíope”, agregó Bugale.

Nuestras demandas incluyen medidas para mejorar el bienestar, la educación y vivienda para la comunidad etíope.”
La semana pasada, decenas de personas resultaron heridas en una protesta protagonizada por miles de inmigrantes etíopes en Tel Aviv contra la excesiva violencia de las fuerzas del régimen de Israel.
Estas acciones fueron celebradas una semana después de que los inmigrantes de origen etíope celebraran una manifestación similar en Al-Quds (Jerusalén) en la que exigieron una investigación sobre la brutalidad de efectivos israelíes contra los africanos que viven en los territorios ocupados palestinos.

Ante el estallido de furia, el primer ministro del régimen de Israel, Benyamin Netanyahu, invitó a Pakada a su oficina. Durante el encuentro prometió formular un plan para "erradicar" la discriminación.
El gesto, sin embargo, dejó poca impresión entre los inmigrantes etíopes. "Las palabras y las promesas no son suficientes, esta vez queremos acciones reales", recalcó Bugale.
"El primer ministro mostró la hipocresía abrazando al soldado Damas Pakada con el fin de silenciarnos y acallar las protestas, en lugar de hablar directamente con nosotros", añadió.
Más de 120.000 judíos de origen etíope residen en los territorios ocupados palestinos, donde llegaron en dos oleadas de inmigración en 1984 y 1991; no obstante, a pesar del tiempo trascurrido, aún no han podido integrarse en la sociedad israelí.
En noviembre de 2014, el régimen israelí aprobó un nuevo proyecto de ley contra los inmigrantes indocumentados en los territorios ocupados, que autorizaba su detención después de tres meses para luego trasladarlos "de inmediato" al centro de internamiento de Holot, en el sur de los territorios ocupados, donde pueden permanecer hasta 20 meses.
El pasado 1 de abril, el régimen israelí anunció que dará a elegir a migrantes africanos sin papeles entre la prisión o ser expulsados por la fuerza a países distintos de los suyos, cuyos nombres se mantienen en secreto.
rba/ctl/nal
