El presidente de México, Enrique Peña Nieto, no ha podido cerrar un problema que afecta su imagen y la de su Gobierno. Se trata de una lujosa casa propiedad de su esposa, Angélica Rivera.
Los señalamientos por conflicto de interés cayeron sobre el presidente mexicano de todos los frentes. Medios de comunicación, oposición y ciudadanía a través de redes sociales con comentarios y hasta caricaturas en tono sarcástico, opinaron sobre el descubrimiento de una casa de lujo propiedad de su esposa, Angélica Rivera, que fue comprada al empresario Luis Armando Hinojosa, quien ganó varios contratos de obra pública cuando Peña Nieto era gobernador en el estado de México. Este hecho, motivó una inédita aparición pública de la primera dama para justificar la compra y luego anunciar que se deshacía de ella.
Este escándalo de presunto conflicto de interés, se hizo más grande cuando el diario estadounidense 'The Wall Street Journal' publicó que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, tiene una casa de descanso en Malinalco, estado de México, y que le compró también a Luis Armado Hinojosa.
Para intentar reducir las críticas, el presidente mexicano nombra un secretario de la Función Pública. Peña Nieto explicó y justificó en esa ocasión con base en la ley de servidores públicos.
El nuevo secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade Martínez, desató más críticas. Es amigo del presidente y por lo que el intento presidencial por aclarar el conflicto de interés provoca otro conflicto de interés. Analistas de sector privado, opinan que hay una falla estructural que impide disipar dudas en este tema.
Estos presuntos conflictos de intereses, serán aclarados en breve por la Función Pública. Pero hay otro tema más serio, el presidente Peña reconoce que México obtuvo solo 35 puntos en una escala de 100 en un análisis sobre corrupción a nivel mundial.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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