Las autoridades australianas han tenido razones para tener a Bilardi bajo vigilancia desde hace un tiempo; sin embargo, cuando partió rumbo a Irak y Siria para unirse a Daesh, fue muy difícil para nosotros seguirle”.
Jake Bilardi, de 18 años de edad, originario de Melbourne y conocido como “El Blanco” entre los integrantes de la banda terrorista, murió el miércoles por la tarde en un ataque suicida, al hacer estallar la furgoneta que conducía en Al-Ramadi.
Según el diario Sydney Morning Herald, el adolescente australiano, también apodado Abu Abdulá al-Australi, aparece sentado bajo una bandera de la banda, leyendo varios mensajes, antes de llevar a cabo esta operación mortal.

Las autoridades de Australia no estaban conscientes de la radicalización de Bilardi, antes de que abandonara el país en agosto pasado. En octubre, dos meses después de su salida hacia Irak, la ministra de Asuntos Exteriores del país Julie Bishop canceló su pasaporte australiano.
“Las autoridades australianas han tenido razones para tener a Bilardi bajo vigilancia desde hace un tiempo; sin embargo, cuando partió rumbo a Irak y Siria para unirse a Daesh, fue muy difícil para nosotros seguirle”, ha aseverado este jueves la ministra.
Al describir a los combatientes del grupo takfirí EIIL como "máxima prioridad de seguridad nacional" del gobierno, Bishop ha agregado que ellos regresarán a su país de origen para llevar a cabo operaciones terroristas en un futuro próximo.
“Es una situación horrible, absolutamente horrible”, ha puntualizado el primer ministro de Australia, Tony Abott, para luego agregar que “es muy importante que hagamos todo lo que podamos para evitar la alienación de nuestros jóvenes con esta ideología extrema”.
Según estimaciones del Gobierno de Camberra, 110 australianos han viajado a Siria e Irak para unirse al EIIL, entre ellos una veintena ha perdido la vida en los combates contra las fuerzas militares de estos países.
En febrero, el Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos (NCTC, por sus siglas en inglés) estimó en 20 000 la cifra de extranjeros que luchan junto a los grupos terroristas en Siria.
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