No podemos tolerar que se recorten las libertades, dijo González.
“No podemos tolerar que se recorten las libertades”, dijo González, marcando el tono insidioso de una intervención que multiplicó las difamaciones al funcionamiento de la democracia en Venezuela para, seguidamente, atribuir esos mismos pretendidos defectos al partido que ha desestabilizado más de treinta años de alternancia bipartidista en España.
González defendió sus planes para actuar como abogado defensor de opositores venezolanos detenidos bajo la acusación de tramar un golpe de Estado coordinado con Washington, en lo que ha sido identificado por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como una “guerra psicológica”.

La democracia no garantiza buenos gobiernos, a la vista está, dijo el expresidente del Gobierno español.
En esta óptica, el expresidente defendió el voto al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) insinuando repetidamente que la democracia corre peligro en el país del sur de Europa en caso de triunfo electoral de Podemos. Lo hizo sin mencionar de modo directo el nombre de la formación liderada por Pablo Iglesias, también de Fort Apache, en HispanTV.
Sin embargo, pese a no mencionar la instauración de la llamada “ley mordaza” por el gobernante Partido Popular (PP), por momentos pareció reconocer que si la democracia peligra en España, es con el Gobierno actual: “la democracia no garantiza buenos gobiernos, a la vista está”, dijo, y “no podemos descuidarnos, tenemos que defender las instituciones que nos garantizan la libertad”.
Ante ese peligro, el expresidente no se privó de sumarse al carro de los cambios impulsado por Podemos. Abogó por hacer un “esfuerzo de transparencia y de empoderamiento de los ciudadanos” reformando la ley electoral para establecer listas desbloqueadas, que llamó “abiertas”.
No podemos descuidarnos, tenemos que defender las instituciones que nos garantizan la libertad, afirmó.

Pese a que el PSOE ha sido el partido más votado en la región de Extremadura, de la que Cáceres es la provincia más extensa, un cuarto de la plaza quedó vacía: entre 5 y 6000 fueron los asistentes.
En mayo del año pasado, el antiguo líder socialista defendió que su partido formase con el PP una “gran coalición”, irritando a numerosos militantes del PSOE, ya que tal estrategia beneficiaría a Podemos. Hace tres semanas se desdijo, afirmando que la gran coalición “ya no es posible”.
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