Tras el PSOE con 47 escaños, se sitúa el Partido Popular (PP), que ha sufrido una derrota considerable con 33 escaños, muy lejos de los 50 que obtuvo en las últimas elecciones en 2012.
Por su parte, Podemos irrumpió con fuerza en Andalucía con 15 diputados, lo cual lo sitúa como tercera fuerza política, tras su sorpresivo debut en las elecciones europeas de mayo, en las que obtuvo más de un millón de votos.
También entraría como nueva fuerza el partido Ciudadanos con 9 escaños, mientras Izquierda Unida (IU) se sitúa en el quinto lugar como la segunda derrotada de esta jornada electoral. Se queda con 5 escaños, menos de la mitad de los 12 que consiguió en 2012.
Sin embargo, los datos del PSOE se pueden leer de muchas maneras. Pese al éxito, el partido atesoró el peor resultado en porcentaje de la historia del socialismo andaluz. La diferencia de nueve escaños que lo separan de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta le vuelven a obligar, igual que hace tres años, a forjar pactos para gobernar.
Mientras tanto, el hundimiento de los populares es de tal calibre que solo se puede explicar con cifras: medio millón de votantes han abandonado este partido desde 2012 para unirse a otras formaciones.
Lo sucedido en la noche electoral andaluza complica mucho las expectativas del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy para unas elecciones que llegarán en 8 meses, pues los resultados obtenidos la región más poblada de España, Andalucía muestran que el bipartidismo español se está llegando a su fin.
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