La versión de este lunes del diario local The Times al anunciar la noticia ha revelado que el flujo ilegal de las armas automáticas hacia el país europeo ha aumentado la posibilidad de surgimiento de los ataques extremistas dentro del territorio británico tal como sucedió el viernes en la turística ciudad de Susa, en Túnez.
Al menos 37 personas, entre ellas turistas extranjeros, perdieron la vida y otras 36 resultaron heridas después de que miembros de la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe) abrieran fuego en el hotel Imperial Marhaba y el vecino Muradi Palm Marinay, en la localidad de Port El Kantaui.

Según el periódico, la Agencia Nacional del Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido ha advertido del aumento del peligro de la venta ilegal de los subfusiles automáticos checos ‘Skorpion’ a las bandas criminales que operan en este territorio y presuntamente tienen vínculos con los grupos extremistas.
Ante esta situación preocupante, las fuerzas policiales, los militares y los servicios de la seguridad y emergencia tienen previsto realizar esta semana una maniobra conjunta para mejorar su capacidad ante las posibles amenazas terroristas.
La Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard), a su vez, ha adoptado máximas medidas de seguridad de cara al inicio del torneo de Wimbledon y también ante los preparativos de una ceremonia conmemorativa a celebrarse la próxima semana para recordar a las víctimas del ataque del 7 de julio de 2005 en Londres (ciudad capitalina) que quitó la vida a unos 52 ciudadanos.
The Times ha informado además la posibilidad de que el número de los turistas británicos muertos en el ataque terrorista en Túnez ascienda a 30 personas.

Fuentes gubernamentales confirmaron la víspera la muerte de 15 ingleses. El viceministro británico de Asuntos Exteriores, Tobias Ellwood, consideró el ataque como el más significativo contra los británicos desde los ataques terroristas del 7 de julio de 2005 en la red de transporte en Londres.
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